Según la Encuesta Permanente de Hogares de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC), el 65% de los trabajadores en el país son informales, 1 de cada 3 personas vive en situación de pobreza y 284 mil personas se encuentran en condiciones de extrema pobreza. Además, informaciones del Ministerio de Salud apuntan que 750 mil ciudadanos sufren de hambre crónica y no consumen los alimentos suficientes para satisfacer las necesidades básicas alimentarias.
Todo ello sumado a que 1.704.115 personas no tienen acceso a beneficios durante la crisis causada por el Covid-19, fueron las causas que llevaron a la nutricionista Jessica Ripá a crear la campaña solidaria JoaPy.
“Llevo varios años trabajando en el área de proyectos sociales, donde encontré mi propósito. Conocer la realidad de mi país despertó en mí la necesidad de trabajar y luchar por una sociedad más justa”, comentó Jessica.
Agregó que la campaña creció sin expectativas, pero con mucha alegría, recaudando fondos para ofrecer platos nutritivos a través de ollas populares y asistiendo a familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Hoy ya son un gran grupo de voluntarios, amigos y familiares los que se sumaron a la iniciativa.
“Queremos aportar nuestro grano de arena para responder ante la emergencia alimentaria por la que están pasando varias familias. Creemos que una de las bases de esta campaña es promover la colaboración, unión y toma de responsabilidad de una comunidad. Joapy quiere decir continuar. Hoy la situación nos cuestiona individualmente y como humanidad. Más que nunca, sabemos que una enfermedad nos amenaza a todos por igual, pero que no todos tenemos las mismas oportunidades”, mencionó la nutricionista.
Explicó que gracias al apoyo de mucha gente consiguen los insumos como donación. Todo lo que deben comprar lo hacen con factura legal, promoviendo la compra de comercios locales, empresas familiares o microempresarios de las comunidades beneficiadas, generando así una economía colaborativa.
Los cocineros también reciben un curso virtual sobre “Higiene y manipulación de alimentos”, dictado por un tecnólogo en alimentos.
“Nos encontramos en una etapa de crisis económica e incertidumbre. Asegurando alimento en días específicos durante un periodo extendido, logramos aportar un poco de tranquilidad a las familias más afectadas, además de permitir a cada familia organizar y racionar mejor sus víveres. Queremos fomentar la resiliencia comunitaria partiendo del esfuerzo y unidad dentro de las mismas comunidades y apuntando a un liderazgo interno”.
Asimismo, para una logística y producción efectivas cada olla requiere de una movilización de recursos, personal y preparación determinadas que necesitan anticiparse para cada ocasión.
Los voluntarios reciben donaciones de arroz, fideos, poroto, sal, aceite, esponjas, detergentes, jabón de coco y apoyan a la campaña “Un abrazo en invierno” a través de la cual se recolectan telas, retazos, ropas rotas, las cuales serán convertidas en frazadas para ser donadas a personas en situación de vulnerabilidad
“La entrega de platos se hace bajo el procedimiento de invitación a familias con mayor índice de vulnerabilidad, solo es permitido el ingreso de un miembro de cada familia quien debe contar con su propio recipiente limpio, cada persona que retire comida, firmará una planilla de control, y podrá inscribirse para volver a retirar la comida en la siguiente olla. Al retirar las porciones, se mantendrá una distancia de 1 metro entre cada persona (siempre que se den las condiciones físicas)”, comentó Jessica.
La ayuda de la campaña se extiende a Jukyty en el bañado Sur, ubicada a pasos del vertedero cateura y a cuadras del cerro Lambaré. Constituye en una de las zonas más vulnerables y con más necesidades, donde no funciona ningún comedor ni apoyo de éste tipo, y a Mbokaja’i, una comunidad indígena ubicada en el Distrito de Vaquería en el Departamento de Caaguazú, que está compuesta por 64 familias aproximadamente, pertenecientes a la etnia Mbya guaraní, es una de las comunidades que aún preservan sus prácticas culturales ancestrales, elemento esencial de su relacionamiento cotidiano con su entorno y de integridad comunitaria.
Se entrega cada semana a los líderes un kit de limpieza y desinfección, que incluye tapabocas, detergente, lavandina, esponjas, alambrillos y una barra de jabón de coco.
Actualmente se han podido llevar a las familias vulnerables unos 7000 platos de comida gracias a transferencias bancarias, 400 unidades de tapabocas para repartir en cada olla, 180kg de alimentos no perecederos, 70Kg de salsa conserva de tomate, 120kg de verduras y 100kg de artículos donados como ropa, zapatos, libros, y utensilios.
Asimismo, cuentan con dos nutricionistas voluntarias , encargadas de armar los menús, calcular porciones e ingredientes, cuidando que cada receta sea nutritiva, saludable y balanceada.
El hecho de que JoaPy esté creciendo tan rápidamente les motivó a expandir sus ejes de acción. En una segunda etapa les gustaría trabajar promoviendo prácticas sustentables que brinden posibilidades de producir alimentos para autoconmsimo, mejorando la seguridad alimentaria y buenas prácticas de manipulación de alimentos para comunidades vulnerables y sectores desfavorecidos
“Optamos por las transferencias bancarias porque en época de pandemia debemos cuidarnos y cuidar de los demás. La mejor manera de evitar la propagación del virus es evitando el contacto entre las personas. También, una olla alimenta a 250 personas, cada olla cuesta G. 350 mil, con G.2500 donás un plato de comida”.
Los interesados en más información pueden contactar al (0981) 153 247, instagram @joa.py y el e-mail joapynutre@gmail.com
REDES DE APOYO
JUVENSUR es una organización de jóvenes del Bañado sur que plantea el desarrollo de acciones de sensibilización en base a las necesidades inmediatas que tienen las personas en situación de vulnerabilidad, especialmente del bañado sur. Considerando de vital importancia participación juvenil, promueven las acciones de voluntariado como educación y cultura, salud, respuesta a emergencias, ayuda humanitaria, promoción humana a través capacitaciones, cuidado del medio ambiente, entre otras.
NATAN es una ONG que se encarga de mejorar la calidad de vida de los indígenas, específicamente de la comunidad Mbokaja’i e Yvyku’i Jovái. A través de la construcción de estanques de tilapia, capacitación miembros de las comunidades proveyendo de herramientas físicas e intelectuales para la realización de huertas y gallineros, entre otras.