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Zapadores de la República

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Demuelen a pala y piqueta el orden constitucional

Queda claro que para el señor Horacio Cartes la Constitución es una especie de cuadernillo de anécdotas del cual tomar algunas frases y reformatear su significado para aplicarlo a algún discurso de ocasión. “El dirigente que no hace tráfico de influencia no es dirigente político” barbotó hace algunos días en uno de esos paliques de quincho desbordantes de traperío de colores. No sólo queda en evidencia que a este señor le importan muy poco los mandatos constitucionales sino que los usa abiertamente por oposición para generar esa adhesión canina que despiertan las personalidades intrépidas. El aplauso incondicional y acrítico que cosechó su exabrupto lo demuestra. El hecho responde, además, a un modelo repetido hasta el infinito en la política paraguaya. Y es que el Estado pasa a ser propiedad de la camarilla que se ha encaramado en el poder y que, por consiguiente, adquiere el derecho a repartir sus bienes discrecionalmente entre sus cofrades y hermanos de filibustería.

Siguiendo el hilo discursivo del ex inquilino del Palacio de López, un buen traficante de influencias debe comenzar por casa y completar el combo incorporando otra figura contenida en nuestra vapuleada carta magna: el nepotismo, que no es sino “el trato de favor por el que un funcionario o empleado público otorga un puesto, concesión o concurso público a un amigo o familiar”. El actual vicepresidente de la República podría dar cátedra en esta materia, tan vasta y ramificada es la red parental que ha adherido como ventosa al Estado paraguayo. Es una de esas colonias familiares que, de quebrar el Estado, se quedaría en la calle automáticamente. También para este señor la Constitución es un simple libro de cuentos para leer en las noches tormentosas y sin luz a que nos ha acostumbrado la ANDE. Ni la clausula constitucional ni la ley antinepotismo ni su decreto reglamentario logran asustar sino azuzar a estos patrones del Estado, ni tampoco intimidar a las legiones de “colocados” que, Cartes dixit, ven en el partido una esperanza de trabajo o estudio…

De esta manera, golpe a golpe, frase a frase, los zapadores de la inconstitucionalidad van demoliendo el edificio de la República, introduciendo confusión y reduciendo a nada conceptos como integridad personal, convicción ciudadana y respeto irrestricto a la institucionalidad.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.