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“Paraguay está en zona roja para abrir sus escuelas”

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Las aulas vuelven a abrir sus puertas el mes que viene y la preocupación se hace latente entre una población que vio cómo se desperdició un año 2020 de posibles cambios para el sistema educativo. Las condiciones epidemiológicas y de infraestructura no están sentadas, y el Paraguay pide respuestas.

La senadora Desirée Masi, del Partido Democrático Progresista (PDP), ha sido una de las voces que mantuvo una postura firme en cuanto a la no apertura de las escuelas este marzo. Ello debido a que los indicadores del país impiden un retorno tal cual lo presentó el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC).

“A mí también me gustaría que me hija de 13 años volviera a clases, aunque sea 1 o 2 semanas a verle a sus compañeros. Obviamente la socialización y el aprendizaje es diferente de forma virtual, pero en el mundo se toman las decisiones del regreso a clases presenciales según varios indicadores”, apuntó.

Precisó que uno de los indicadores es el epidemiológico, la cantidad de casos por 10 mil habitantes en los últimos 14 días. Si se tiene más de 200 casos eso sitúa al país en una zona roja para la apertura de escuelas. 

“Todos sabemos que en Asunción y Central no bajamos de 700 a 1.000 casos, salvo 4 o 5 departamentos, todos estamos entre 150 casos, y eso nos pone en una zona roja”, afirmó la senadora.

El segundo indicador, según Masi, es la cantidad de positivos de testeo. Si esta es mayor al 5% no es viable abrir las escuelas, y Paraguay está en 25%. El último indicador es la infraestructura, no es solamente tener agua, jabón, alcohol, sino contar con mascarillas en el colegio. 

“En otros países las mascarillas de tela no están recomendadas, los niños y jóvenes se las tienen que cambiar cada 4 horas porque se humedecen o jugando las pueden romper, no pueden estar todo el tiempo con una sola mascarilla. El colegio debe tener las cajas de mascarillas por si una se daña o viene floja alguna desde casa y luego se le rompe al estudiante”, afirmó la senadora.

Por otra parte, mencionó el problema de la ventilación, es importante mantener las ventanas abiertas, además de que haya agua y los baños estén limpios. “En el interior hay algunos departamentos o ciudades que están en zona verde, hay pocos casos, pero habría que ver si hay agua, ventilación, si van a tener mascarillas. Cuando hay una especie de colisión entre el derecho a la protección de la educación y la protección de la salud, y no está bien claro, rige el principio de precaución, si hay alguna duda en salud pública, porque está de por medio la vida”, señaló.

Asimismo, los trabajadores de la salud llevan dos años sin salir de vacaciones y están saliendo en este momento unos 15 días porque no hay reemplazos.

“Pretendemos crear un estrés sobre el sistema que no va a poder absorber y qué va a pasar con los recursos humanos agotados. Se está haciendo una evaluación sesgada y no del sistema paraguayo que tiene que absorber si hay un brote vinculado al sistema educativo”.

EL RIESGO

Para la senadora, la responsabilidad mayor la tiene el Ministerio de Salud y puso como ejemplo el caso de Alemania, que declaró no estar en condiciones de reabrir sus escuelas.

“Los colegios privados, como en el caso de donde va mi hija, no nos pasan un protocolo, me rio de las cosas que dicen, porque para ellos el docente debe poder detectar un caso. En primer lugar, un gran porcentaje no tiene síntomas, en segundo lugar, un niño pequeño o un adolescente que tiene un dolor de cabeza o que le pique la garganta, no es un síntoma para ellos”, acotó.

Acerca de las burbujas, comentó que son muy pocos los docentes exclusivos de un solo colegio y trabajan mínimo en dos escuela, por lo que si en una burbuja hay un caso sospechoso ya no pueden volver a la escuela los estudiantes.

“En otros países se hacen testeos a los docentes, al personal administrativo, pero ¿quién va a pagar eso en Paraguay?, quizás pase igual que con los médicos, que cuando tienen un caso sospechoso deben estar esperando en el 154 hasta que terminan pagando de sus bolsillos el PCR porque deben volver al hospital, no pueden estar 14 días fuera porque no tienen quien les cubra las guardias”.

Masi desaconsejó que se retorne a clases en este minuto y pidió que se le exija al Ministerio de Salud y al sector privado explicar los criterios que están teniendo. 

“De repente se presenta a la escuela como la solucionadora de problemas, es cierto que los padres no tienen con quien dejarle a sus hijos. En la realidad se están quedando con los abuelos, hay algo que no podés evitar, que los padres salgan a trabajar, bueno se le tiene que dar licencia a uno de los dos padres, eso es una solución que se espera del Estado paraguayo”.

La otra cuestión en debate es el aumento de la violencia infantil. Si bien es cierto que la cuarentena aumentó esos indicadores, la senadora se pregunta si acaso la escuela es la solución. 

Para la legisladora es un abordaje muy reduccionista y la escuela jamás ha intervenido así, pues se quiere justificar el regreso a clases con este tema.

“Hay que abordarlo de otra manera, que dejen de mentir. Si hay un problema de salud mental que nos digan cuál es realmente, si el niño está encerrado, ¿por qué no hubo una adecuación lúdica con horarios para que fueran a los parques?, vemos a los niños sin tapabocas en la Costanera cantando y bailando con jóvenes sin tapabocas, no hay una política de protección a la niñez en la parte de la socialización. Si hubiese preocupación se habrían adecuado parques, se hubiera concientizado a los padres sobre pasearles en sus bicis, ir a la plaza, pasear por el barrio, ni se adecuaron las escuelas, ni los espacios públicos”, concluyó Masi.