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La historia de Sanie: Cuando los sueños no tienen límites

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Apretando con fuerza y convicción la pelota de tenis, utilizando su antebrazo, Sanie Agüero realiza su saque. Quien tiene la suerte de verla jugar, puede darse cuenta cómo se desenvuelve en la cancha con soltura y profesionalismo.

Desde muy chica, siempre quiso ser una gran tenista, pero el hecho de tener una sola mano era un desafío ante el cual se debía enfrentar. La aceptación era el principal reto de la chica soñadora.

“En la infancia, generalmente los niños no saben reconocer las diferencias. Sin embargo, con el paso del tiempo pude notar habilidades que me hacían única y me diferenciaban de quienes contaban con sus dos manos”, manifestó Sanie.

LOS INICIOS
A los 17 años arrancó su carrera en el tenis. Sanie recordó que se acercó a una amiga que practicaba y le preguntó si podía acompañarla a su entrenamiento; allí conoció a su mentor, Javier Cabrera, a quien nunca le importó la diferencia y prometió que le llevaría lejos.

Inmediatamente, la joven soñadora comenzó a desempeñarse con tenacidad en sus prácticas, y con el paso del tiempo, se vio obligada a equilibrar sus clases de tenis con los estudios de Veterinaria.

Actualmente, es egresada de dicha carrera y ha encontrado la forma de equilibrar ambas pasiones, acomodando sus horarios. “Siempre deben animarse a hacer lo que les apasiona; si se les presenta alguna dificultad, tienen que superarse y seguir intentando porque todo está en la mente” mencionó la tenista.

A lo largo de su preparación, lo más difícil era encontrar la forma en que realizaría su saque, pero la solución llegó gracias al esfuerzo y la compañía de su entrenador Javier.

“Intentamos nuevas técnicas, pero le dije a mi entrenador que quería hacerlo de la manera clásica hasta lograrlo y, efectivamente, lo conseguí”, comentó Sanie, ejecutando sus saques con una excepcional destreza.

ALUMNA-MENTOR
Dentro de toda la magia deportiva transmitida por Sanie, existe un motor impulsor: Javier Cabrera. El entrenador recordó con orgullo y felicidad la primera vez que conoció a su alumna.

“Yo le pregunté por qué pensaba que no podría y entonces ella me mostró que solo tenía una mano, inmediatamente le dije que lo lograría y también haría de ella una campeona”, declaró Cabrera.

Como si fuera una antelación al porvenir de Sanie, el profesor logró entrenarla hasta que participó de un torneo para principiantes, en el cual se destacó llevándose el primer puesto, pero la joven sin dudas aspira a participar y obtener medallas en más competiciones.

“Siento que me realicé como ser humano. Poder darle mis conocimientos a una persona que tenía hambre y sed de hacer las cosas significó desarrollarme aún más como profesional y como persona”, dijo emocionado el entrenador, quien también habló de una enorme satisfacción por ser quien otorgó a Sanie una manera de expresarse a través del tenis.

Cabrera mencionó que aún falta mucho para lograr una mayor inclusión de los jóvenes que tienen algún tipo de discapacidad y aspiran a realizar algún deporte. “Acá en Paraguay el tenis juega quien puede, y muchas veces no lo hace quien debe, debido principalmente a las grandes barreras económicas”, finalizó el entrenador.

El mayor deseo de Javier hoy es que Sanie entre el año que viene en los torneos de la Asociación Paraguaya de Tenis y que arrase demostrando su valía.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.