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Desenganchados

En todos estos quince días de manifestaciòn hemos visto que en su gran mayoría el descontento y el desafecto hacia los mandatarios la llevaban jóvenes mandantes. Eso que generalmente creen que “la política es sucia” y que había que mirarla a la distancia y con la nariz tapada porque apesta. Ayer los jóvenes millennials se han desenganchado definitivamente de la apatía y han tenido su bautismo de fuego en la construcción de una nueva política.

La reticencia de  la  mayoría de la cámara baja de no concretar el juicio político al presidente y vicepresidente ratifica la distancia entre los intereses de los representantes y los representados.  Lejos del significado del verbo gobernar que está muy ligado a saber administrar algo poco o nada visto por el ejecutivo ni su gabinete razón por la cual ya han sido cambiados ministros.  Es sobre todo mucho más importante que ver incendios, golpes, gritos y todo el espectáculo de una protesta fijarse en quienes fueron y por qué estuvieron allí realmente. ¿Dónde está la crisis en realidad? Una de ellas en las promesas vacías y sin sentido sobre las vacunas.

Prometiendo cantidades que nunca llegaron ni llegarán y acuerdos con Taiwan que los mismos orientales se encargaron de desdecir generando un gran fiasco. O el viaje a Brasil del canciller en el peor momento sanitario del vecino que corre el  riesgo de convertirse en el país más afectado del mundo por este virus. Una cifra escalofriante  de más de 285.000 muertes se han registrado en el país del samba que lo que menos tiene son perspectivas optimistas ante su presente y menos a lo que sería su futuro.

La real vacuna está en la conciencia colectiva algo no encontrado en paraguayos que fueron a veranear a dicho país y regresando a Paraguay poniendo a nuestra nación en peligro. Es bueno saber a cuanta gente ya ha afectado más la clave también se encuentra en conocer el número de infectados en el país de la capoeira, un número de infectados  que sobrepasa a la población paraguaya además, son 11, 7 millones de personas contagiadas que pelean por un lugar en hospitales saturados de pacientes.

MUY DIFICIL DE CONVENCER A JOVENES VOTANTES

Ahora hasta el senador cartista y colorado Sergio Godoy ha sido claro al afirmar que “con que cara irán pañuelo en ristre a pedir votos para el partido colorado con el fiasco de ayer”. Ha sido un reconocimiento doloroso del desenganche de un partido con toda una generación.

Algunos como el profesor  universitario De los Santos Lima afirman que: “Se metieron con la generación equivocada, nosotros no nos callamos», decía un twetter de un adolescente de 18 años.  Lo de anoche, lo podemos comparar con la «La noche de los cristales rotos» del 1938.  Los adultos debemos tomar conciencia que la nueva generación no conoce ni les interesa las ideologías, bastaría ver a Nayib Bukele, Presidente del Salvador.  Entramos en una nueva etapa en la macro-historia política e ideológica. Dirán que son vándalos, pero ellos también son capaces de reconciliarse inmediatamente hasta con sus verdugos. La imagen de una locomotora partidaria desenganchada de un vagón joven importante y numeroso  es una conclusión de unas jornadas históricas que tendrán su épica en los próximos comicios. Ahí se verá si estos gestos se proyectan en un cambio pacífico o democrático porque de lo contrario la violencia terminará por domesticar la realidad.  Estamos asistiendo a un parto doloroso de una nueva generación, distinta a la nuestra; y tenemos que saber decodificar este nuevo viento de cambio… definirlo simplemente zurdos o revoltosos, es tener una mirada muy limitada de lo que está ocurriendo verdaderamente.” Este es el mensaje tiene que ser entendido en esa clave para comprender el abanico de hechos que puede suscitar en la poblaciòn paraguaya en un partido que unido con Abdo derrotó por un escaso margen del 3% a su rival Efraín Alegre en el 2018..

Mientras vivimos en medio de mentiras y promesas falsas los hechos de solidaridad  continúan como la protagonizada por un taxista ocupando el lugar de la ausente ambulancista. En estos 15 días hemos percibido la presencia de  una mayoría de jóvenes que  se preguntan ¿Qué nos queda ahora? . Los vándalos que pueden ser barras bravas, o marginales pero son por sobre todo: jóvenes desenganchados de una realidad hostil que los ha puesto en las orillas de una democracia que nos les tiene proyectado ningún futuro.

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