Los jóvenes de la generación Z han descubierto el robo y el fraude de los transportistas, que no solo humillaban al usuario sino que robaban descaradamente los fondos del subsidio por servicios no brindados.
Nadie está procesado y ahora amenazan que si siguen transparentando el servicio acabarán con el desastroso servicio que hacen cada día. No creen en el viceministro Stark, quien viene de una cuestionada labor en el servicio público entre ellos el fracasado Metrobús. Los jóvenes quieren colocar este tema en la agenda política y tienen poco acompañamiento convocando a la ciudadanía a movilizarse para que sus hallazgos puedan cambiar el sistema. Opama el mal servicio, pero solo será posible con el acompañamiento de la ciudadanía y de políticos interesados en la gente
La Opama constató que algunos buses daban vueltas en círculo cargando pasajes que serían falsos y dejaban de cumplir con el itinerario. “Encontramos tarjetas que hacen 50 validaciones en 10 minutos y otras que gastan G. 7.600.000 que evidentemente no corresponde”, dijo Mauricio Benítez, miembro de Opama.
El billetaje se usaba para inflar números de modo a cobrar más subsidio del transporte.
“El sistema de billetaje electrónico da una riqueza de datos increíble para este tipo de análisis y me resulta una negligencia del viceministerio que no se hayan utilizado ya esos datos para construir un sistema de control, se ve perfectamente la cantidad de demanda que hay en las avenidas, a qué hora, qué líneas, en todo el tiempo desde que existe el sistema de billetaje electrónico, incluso es lo que convendría a las empresas de transporte. Si el Viceministerio les dijese a esta hora tiene que salir tu bus de la parada para maximizar la cantidad de pasajeros, también les conviene a ellos maximizar la productividad de esa forma y le conviene al pasajero tener ese tipo de particularidad en el servicio que ahora no tenemos”, analizó Mauricio Maluff, miembro de OPAMA.
Los transportistas habrían descubierto que es más rentable realizar cargas fantasmas en viajes cortos, sin siquiera completar el itinerario.
“El gremio de transportistas suele decir no podemos proveer servicio nocturno porque no hay demanda, pero por qué no hay demanda? Si yo salgo con mis amigos un viernes por la noche y mis amigos tienen que volver a San Lorenzo, tienen que esperar más de una hora un bus en la oscuridad en medio del centro y no sabe siquiera si el bus va a venir, no hay ningún tipo de transparencia en el servicio, no hay garantías, no hay frecuencia y no hay horas establecidas. En todas las ciudades donde yo estuve y no solamente en Estados Unidos, por ejemplo en Bogotá el bus pasa a las 00:13 y te lleva a algún lugar y las personas saben que va a pasar y ya está preparado, si los jóvenes salen a divertirse por las noches sabe que ese bus va a estar a las 00:13, a las 00:10 me pongo en la parada no estoy esperando 2 horas a los mejor un bus que no va a venir exponiéndose uno a la inseguridad en el Centro”, sostuvo Mauricio Maluff.