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Extorsión democrática

Los extorsionadores han sido una característica de la democracia de manera consistente y permanente. Algunos en grupos organizados como bandas operativas dentro de las instituciones públicas, que han minado la credibilidad de Fiscalía, policía, magistrados y otras instituciones públicas en donde si no se paga o no se aviene a las condiciones de los extorsionadores la cosa, sencillamente, no funciona para provecho del colectivo.

También hay grupos extorsionadores en los sindicatos, en las agrupaciones empresariales, en esos grupos que -coaligado con el Gobierno- ha hecho un tremendo daño a los intereses colectivos.

Los extorsionadores en democracia deberían acabar y para eso hace falta demostrar que vivimos en un Estado de Derecho, pero cuando la propia justicia, con jueces fiscales y policías son los principales articuladores de esta situación, la situación de decepción que invade a la gente es extraordinariamente alta y se encuentra realmente -ella- la sociedad, sometida a los extorsionadores y sus caprichos.

En este momento la Fiscalía General ha demostrado, a través de su vocera, que no parará hasta salvar la Fiscal General, aunque en el camino tengan que destrozar lo poco de institucionalidad que todavía le queda.

Benjamín Fernández Bogado
Benjamín Fernández Bogadohttps://benjaminfernandezbogado.wordpress.com/
Doctor en derecho, periodista y profesor universitario. Ha realizado estudios de post grado en las Universidades de Navarra (España), Oxford (UK) Minnesota, Syracuse y Harvard de los EEUU. De esta última ha sido Visiting Scholar en el 2008.

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