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Todo está mal porque no hay transparencia

Comentario 3×3

Por Benjamín Fernández Bogado

La transparencia es una cuestión importantísima en la labor pública. Es algo que desinfecta los focos de corrupción que podrían realizarse al interior de nuestras administraciones públicas, en la mayoría de los casos muy pésimamente reglamentada, con muy poco apego a la labor que debieran realizar y al pago de coimas o mordidas, como dicen los mexicanos cuando se trata de buscar alguna autorización de carácter público.

El porcentaje que pagan las empresas proveedoras de bienes y servicios a los administradores para que liberen los cheques es ya una prueba de cuán distorsionada se encuentra la relación entre el Estado y los proveedores de bienes y servicios.

Todo está mal porque no hay transparencia y eso lo percibimos en varias cuestiones. La discusión acerca de si hay que sacar la investidura a un par de legisladores tiene la coartada de los que están en contra de eso, afirmando que no existe ley reglamentaria, pero son ellos, los senadores y diputados, los que están pagados para que pasen las normas.

Si se quejan de que no hay una reglamentación, están en realidad afirmando la inutilidad de nuestros legisladores cuando se trata de hacer aquello que está mandado realizar. En lo que no se hace o se deja de hacer está mucho de la corrupción del Paraguay para ser explicada.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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