sábado, abril 27, 2024
34.2 C
Asunción

Lo que ocultan las sonrisas de Marito y Cartes

Por Griselda Yúdice

Exitosa jornada laboral, pues, tu familia tiene alguna comida para cenar, se disponen a dormir, quizás, con la tele encendida aún. Así, una noche más de esta odiosa cuarentena, en la cual creo que muchas personas sentimos en algún momento de este encierro que la noche tiene como un silencio más fuerte y una oscuridad más sombría, hasta el ladrido de algún perro del barrio, muy común y frecuente en la anterior normalidad, es suficiente hoy para ponernos en alerta o existencialistas.

Imaginen que una noche cualquiera, de repente, suenen sin parar disparos, mirás por la ventana, no se ve mucho, solo ráfagas y destellos. Ya no lo imaginen, el pasado viernes ocurrió en Alto Paraná.
Los videos sobre el incidente comenzaron a circular en los grupos de whatsapp pero lo que tenemos en común la mayoría de las personas es sentirnos seguros y seguras en nuestras casas. Entonces, dormimos sin saber qué estaba pasando afuera.

Pero en el barrio Remancito de CDE, zona de casitas precarias y familias pobres, no lograban dormir con tantos disparos. En una de las casas un padre sostiene a su hijo en brazos. ¿Qué hacer para proteger a su familia?, seguramente se pregunta. Antes de poder reaccionar una patada derriba su puerta, un uniformado militar le apunta con su arma de fuego, lo arrastran al patio, le ordenan que baje al pequeño, el hombre asustado sigue las indicaciones, el militar comienza con patadas y pisotea su cabeza, todo esto ante el llanto del hijo y el ruego de la esposa. En las casas vecinas ocurren escenas similares.

Los militares atropellaron casa por casa, violentaron a las personas a su paso. Arrestaron ilegalmente a unas 35 personas, entre adultos y adolescentes hombres y tres mujeres trans. Todas estas personas fueron humilladas y torturadas.
Nosotros y nosotras nos despertamos y comenzamos a recibir más y más videos del atropello y las secuelas físicas de las torturas.
Este relato no es de los tiempos del dictador Alfredo Stroessner, aunque lo pareciera, es de hace unos días. Cayó la dictadura hace años pero no el partido político, el Partido Colorado, que sigue sustentando ideológicamente la conveniencia económica de la claque privilegiada de siempre, ellos no cayeron.

Este programa de abuso de poder sostiene los beneficios económicos de unos pocos, ellos concentran el poder y las riquezas. Nos someten, nos pisotean, nos amenazan, violentan, torturan e incluso asesinan.
Lo ocurrido en CDE no es un hecho aislado, no es una cuestión de Mario Abdo Benítez nomás. También, durante la presidencia de Horacio Cartes, por sus ansias de reelección, nos persiguió, reprimió, arrestó ilegalmente y el joven Rodrigo Quintana fue asesinado en su casa política, el local del PLRA.
No se trata solo de Marito o de Cartes, la cuestión es que ellos son uno para violentarnos en todos nuestros derechos con tal de mantenerse en el poder.

Como muestra de ello, los hijos y las hijas de Stroessner hoy todavía se pelean por la herencia, producto del saqueo a nuestro país durante su régimen. Los herederos de sangre y políticos hoy aseguran ser empresarios de bien, pero su acumulación originaria está manchada con sangre de nuestro pueblo.

No estamos en un Estado de derecho, pues con el stronismo en el poder es imposible hablar de efectiva democracia. El terrorismo de Estado vigente en nuestro país no tortura porque algunas personas son malas sino para aleccionarnos y para concentrar la riqueza del país.
El cierre de fronteras dificultó las cosas, pero nunca sufrimos escases de productos de contrabando, ni de los paseros ni de los grandes contrabandistas. ¿Cómo cruzan estas mercaderías? Con esta incursión militar sonó más fuerte el viejo secreto a voces de la zona, los militares cobran coimas a los paseros. ¿Qué paso esa noche? Dicen los pobladores que los militares quisieron cobrar doble y los paseros se negaron, pues ya habían pagado la cuota de dicha jornada.

Un militar murió, unas 35 personas fueron torturadas, para que nadie se atreva a pasarse de listo con quienes ostentan el poder y no tienen ni la mínima intención de parar su lucro. La recaudación para la corona no está en cuarentena.
Un régimen autoritario combina la violación de derechos humanos, la coaptación de todos los poderes, la repartija de las riquezas entre los amigos y mantiene al pueblo pobre, con miedo, necesitado de sus migajas, sin salud, sin educación.
Así como lo aseguro el Presidente Ipuporaiti la 3 de noviembre pero desde abajo estamos gritando cada vez más fuerte.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

Más del autor