Cuán importante es, regresar al pasado en la búsqueda de rescatar lo que sirvió, y lo que no, ir desechándolo, este abordaje que nos lleva a una profunda reflexión, cuando nos enteramos de tantas noticias trágicas de niños y jóvenes desorientados, confundidos, débiles, con falta de afecto y cariño, atención, cuidados, me hago la pregunta ¿Dónde quedó aquella Paternidad responsable?
Recordando un libro del año 2003 que lo leí, enriquecedor en su contenido: “Firmeza y Ternura” del Padre Antonio Cosp, donde nos deja un mensaje claro a Mamá y a Papá como auto educarnos y educar a nuestros hijos/as.
En la actualidad, la educación de los hijos/as se ha vuelto frágil, descuidada en comparación a las generaciones anteriores, en los hogares se perdieron los límites, en la mayoría de los casos los padres no tienen autoridad sobre sus hijos/as, la ausencia de reglas y de castigos simbólicos, casi desaparecieron. Hoy en día, los mismos padres negocian con sus hijos/as el “no me molesten” a cambio de una gratificación económica e inmediata, dan premios sin motivo, donde no hay esfuerzo alguno por ambas partes.
El ser humano es desvalido, se va formando en un permanente proceso de educación. Si el niño al gatear tropieza con la pata de una mesa y pretende que esta se retire, aprenderá que su llanto y bronca tropieza con la firmeza de la mesa. Así va descubriendo los límites, experimentando su espacio y madurando su responsabilidad. Como lo vayamos educando se va construyendo su propia columna vertebral, desde el aprendizaje que recibe de “mamá y papá” gracias a la firmeza.
Decía el Padre Antonio Cosp: “Firmeza es limitar y exigir para lograr desarrollar lo que potencialmente está en aquel que amo. Es hacer provisoriamente de tutor, orilla, columna vertebral para que el educando afiance ese instinto interior y el límite para que logre su plenitud”.
En la ternura, ¿Dónde está mamá?, el pilar más importante de la familia, la que brinda amor y cariño, la que se preocupa por inculcar valores y principios a sus hijos/as, la que desde la intuición sabe que le sucede a cada uno/a de su hijos/as, la que le da atención y cuidados.
En la firmeza, ¿Dónde está papá?, el rol paternal como cabeza del hogar, que imparte reglas, pone límites, tiene autoridad desde el respeto, contribuye con la mamá en la educación de valores, que auxilia en el logro de un mejor desarrollo a sus hijos/as, que les dota de las mejores herramientas que ayuden al discernimiento con sabiduría y seguridad.
Asumir nuestra responsabilidad y sobre todo respetar cada rol, que los chicos puedan sentir que: separados o no “mamá y papá” se respetan y desean lo mejor para mi vida.
Entender que la culpa no está en la calle, sino en lo que dejamos de hacer por nuestros/as hijos/as.
