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De las asambleas partidarias a cómo organizar la oferta electoral

La aparición en escena de las consultoras aplicadas al marketing electoral varió notablemente el panorama político. Las encuestas sobre intención de voto y las realizadas al pie de las urnas el día de elecciones agregaron una cuota de show business a una actividad que hasta entonces transcurría en un gris ambiente de expectativa que sólo se resolvía al conocerse los resultados, generalmente difundidos uno o varios días después del acto comicial. Ahora, todo es más rápido, sobre todo, con el perfeccionamiento de la herramienta electoral que descansa en comunicaciones mucho más rápidas y eficientes.

¿Cómo se resolvían las candidaturas en el pasado reciente? Los partidos políticos tenían un papel gravitante porque eran los recintos en los que se materializaba el derecho de los ciudadanos a organizarse para participar, por métodos democráticos, en la formación de las autoridades electivas y en la orientación de la política nacional. Sus asambleas y convenciones eran el escenario en el que surgían las candidaturas y se debatían las ideas a ser llevadas luego a la contienda electoral y al debate en los recintos de representación popular.

Hasta 1967, el parlamento era unicameral, se elegía sólo presidente de la República (no había vice) y diputados y en las elecciones municipales, solamente concejales. Con la constitución del ’67 el parlamento pasó a ser bicameral. Pero a partir de 1992, se agregó la vicepresidencia de la República, las intendencias municipales se hicieron electivas y se crearon además las gobernaciones y concejalías departamentales. De pronto, el universo electoral se amplió notablemente. A partir de entonces se empezó a hablar de organizar la oferta electoral, instancia que indistintamente podrían cumplir los partidos, los movimientos, las alianzas o las candidaturas independientes. En ese caldero, las encuestas pasaron a ser herramientas imprescindibles y con el advenimiento de la libertad de expresión, los debates televisivos cobraron tal gravitación que fueron el termómetro clave para determinar la popularidad de un candidato.

Ambos, encuestas y debates en TV, escamotearon a los partidos políticos su papel de fragua de candidaturas y programas. En este clima se acuñó un principio de hierro: El que va adelante en las encuestas no debate.

Así llegamos al tiempo de la oferta electoral modelada a golpes de marketing.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.
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