Durante el inicio de la pandemia, el uso del tapabocas se convirtió en un aspecto esencial
en el día a día de todos. Pese a que en un principio resultaba algo chocante, las mascarillas se transformaron prácticamente en nuestra segunda piel, pues se volvieron un requisito antes de ingresar a cualquier local o para compartir en un grupo con varias personas.
Con el paso del tiempo, nadie dimensionó que este factor primordial para la salud de todos fuese un elemento que influya en la mayor aparición de acné en el rostro de las personas.
Explicando que se debe esencialmente a una acumulación de calor y fricción causados por el roce de la mascarilla con la piel y la obstrucción en lugares donde la piel no puede respirar, la asesora dermatóloga de una clínica de Londres, Kristina Semkova, determinó la
estrecha relación existente entre un importante brote de granos y el constante uso del tapabocas.
Lejos de sugerir que los protectores faciales ya no sean utilizados, es importante recalcar que en realidad resulta necesario unir los cuidados de la salud con la estética, pues en la misma medida con la cual muchas personas se cuidan del Covid-19, podrían otorgar algunos minutos de su tiempo para atender diversos aspectos físicos.
PROBLEMA GENERALIZADO
“El fenómeno es conocido como maskacné, haciendo referencia al acné exacerbado por el uso de tapabocas”, informó la Prof. Dra. Fátima Agüero de Zaputovich, dermatóloga.
La profesional señaló que existen varios desencadenantes del acné, uno de ellos es la oclusión o fricción constante, lo que sucede cuando utilizamos mucho tiempo el tapabocas o recurrimos a aquellos que llevan materiales sintéticos como nylon o poliéster en la capa interna, en contacto con la piel del rostro y el cuello.
Dentro del punto, la Dra. clarificó otros aspectos que influyen en la formación de más acné, como el tipo de piel de la persona y las situaciones a las que se somete alguien para que la aparición de los granos sea más propicia.
“Las pieles con tendencia al acné tienden a empeorar por la oclusión tras las mascarillas. Cutis rosáceos o con dermatitis atópica también pueden empeorar sus síntomas”, citó la dermatóloga, añadiendo que el cuadro clínico puede ser más crítico si el material del tapabocas es sintético y si hay mucha humedad o calor en el lugar donde se encuentra.
En ese sentido, la Dra. Agüero explicó que la obstrucción de los poros es el primer paso para el acné, posteriormente estos poros taponados se inflaman y aparecen los “granitos”.
Por ello, resulta fundamental mantenerlos desobstruidos, y la especialista dijo que esto será posible utilizando limpiadores cutáneos suaves, pero específicos, acompañando con productos en la piel que contengan alfa o beta hidroxiácidos o retinoles según el tipo de piel de cada persona.
TIPS PARA CUIDAR LA PIEL
La dermatóloga comentó que el agua es el mejor limpiador para mantener desinfectada la piel, pero de todos modos hay que combinarlo con limpiadores específicos dependiendo de tu cutis, para potenciar el efecto y capacidad.
“La selección del limpiador correcto es muy importante. No es recomendable exfoliar con arenillas, cepillos, guantes naturales o sintéticos, ni equipos eléctricos el rostro, salvo 1 o 2 veces por semana como máximo”, determinó la Dra. Agüero.
Asimismo, si una persona está maquillada, aconsejó que es mejor retirar el cosmético con una solución micelar previo al lavado. Posteriormente, se debe aplicar un tónico astringente, calmante o hidratante, dependiendo de la necesidad de cada uno según su rutina.
Por último, como recomendación general, la dermatóloga manifestó que debemos elegir tapabocas bien adecuados al rostro y que tengan algún forro interno de tela suave y respirable, sobre todo para las pieles sensibles, rosáceas, con atopía o acné, ya que el contacto con materiales sintéticos puede exacerbar estas afecciones.
Además, lo ideal es retirar el tapabocas y dejar respirar a la piel al menos 15 min cada 4 horas y lavar después de cada uso aquellos que no son descartables.