Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Siempre existe la sensación instalada en la sociedad de que hay que cambiar los ministros que son fusibles, que cuando las cosas no funcionan como se debiera un Gobierno tendría que enviar una señal de reconocimiento, de autocrítica, cambiando a varios de sus colaboradores cuando todos sabemos que muchos de los casos el problema no está con quien juega, sino con el que coloca a los jugadores en el juego, o sea, el director técnico, el presidente de la República, si éste no tiene bien en claro qué es lo que pretende en su gobierno, qué rumbo es el que desea colocar la nave llamada Estado paraguayo desde el compromiso del Ejecutivo, las cosas no podrían cambiar como estamos esperando.
Siempre hay una sensación de que cuando el presidente pide la renuncia masiva de su gabinete, está buscando relanzar un proyecto de confianza que ha perdido la ciudadanía su aval fundamental. Esperemos que en el Paraguay los cambios estén interesados también en un cambio de rumbo.
No es suficiente con cambiar algunos para mantener la misma travesía que hasta ahora no ha significado para nada. Posibilidades de superar las condiciones gravosas en la que se encuentra la sociedad paraguaya, agudizados los problemas por esta larga pandemia.
