Cuando la imaginación y las ganas de experimentar con actividades alternativas en medio de las prácticas sexuales, llega el sploshing: una variante que mezcla el alcance de un orgasmo con la comida. ¿Alguna vez pensaste en disfrutar de tu pareja como si fuese un manjar en tu boca?
Experimentar con una diversidad de alternativas en el plano sexual es una de las metas en una relación para que la pareja no se vea envuelta en la monotonía y la rutina. Repasar variantes en el kamasutra, reinventarse en las técnicas para brindar un sexo oral diferenciado o probar algunas prácticas en medio de las actividades sexuales, constituyen solo algunas de las reinvenciones aplicadas para reavivar la pasión.
Teniendo en cuenta que para alcanzar un nivel elevado de satisfacción solo existen límites en la imaginación, llega una práctica sexual que puede despertar tu lado más carnal y predispuesto a experimentar con los fetiches: el sploshing o el wet and messy (húmedo y desordenado).
Esta alternativa, que ofrece una mezcla bien equilibrada de placer y combinación de fluidos con una humedad inacabada, explora los límites de una pareja en su búsqueda de satisfacción, introduciendo un nuevo componente en medio del coito: la comida.
Algunos la consideran una variante de la sitofilia, un fetiche o práctica erótica que consiste en sentir placer sexual al untar con comida el cuerpo de una persona y comer directamente de su piel y a la inversa, sin necesidad de llegar al coito.
No obstante, en el sploshing no solo se juega con comida y bebida, sino que también se utilizan otros fluidos y materiales como pintura, aceite, espuma de afeitar, barro, entre otros materiales a través de los cuales se puede lograr una estimulación diferente, jugando también con los sentidos del olfato y la vista para brindar un valor agregado al encuentro sexual, que logra explosionar con todo el impacto corporal en la pareja.
CÓMO PRACTICARLO
1. Fuera a las inhibiciones
Si te gustaría empezar con elementos comestibles, podés untar chocolate en el cuerpo de tu pareja, crema batida, miel, etc., esparcir con tus manos todo el líquido, jugando un poco con sus zonas erógenas para que vaya entrando en calor por la manera en la cual rodeás su cuerpo.
Así también, chupar, lamer y morder serán cruciales en la actividad. Podés devorar a tu pareja con lo que le agregues a su cuerpo, como si este fuese un manjar para vos; a medida que el chocolate cae por sus muslos, por ejemplo, podés aprovechar para saborear la zona, a medida que realizás un camino de chupetones que luego podrían terminar en un oral.
2. Comodidad
Pasteles, tortas, flanes, son algunos de los alimentos que pueden ir incluidos en tu actividad. Sin embargo, algo esencial consiste en la búsqueda de un lugar que sea lo suficientemente privado y libre para practicar el sploshing, esto para ensuciar el lugar sin ningún tipo de restricciones.
De este modo, ambos podrán frotarse entre las comidas; en el caso de las mujeres, se puede embarrar sus pechos con todos los elementos disponibles, mientras se van ingiriendo los alimentos, estimulando a la vez sus pezones o haciendo un recorrido con tu lengua. Para los hombres, el glande resulta menos sensible, para realizar un oral en medio del entrevero culinario.
3. Juegos
El sploshing es una práctica que permite mayor amplitud a las imaginaciones de la pareja. Cuanto sientas el cuerpo de tu novio/a completamente húmedo y repleto de líquidos o restos de comidas, podés aprovechar para conseguir un roce de cuerpos más resbaladizo y con posibilidad de moverse de manera más amplia.
Se puede experimentar con posiciones a medida que “ensuciás” el cuerpo de tu pareja. Mientras ella o él se encuentren a espaldas de vos, podés embarrarle con comida, a medida que jugás con toqueteos, mordiscos e incluso masturbación, esto teniendo en cuenta que a la vulva no se le debe agregar ninguna comida o líquido porque se puede irritar.