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Prudencia con las vacunas

Voces muy autorizadas de la Unión Europea ha advertido que la vacunación indiscriminada y repetitiva tiene un peligro real: debilitar el sistema inmunológico. Concretamente, los reguladores de la Unión Europea han señalado que las frecuentes dosis de refuerzo de Covid-19 podría agotar al cuerpo humano hasta el punto de disminuir en él la capacidad de hacer frente a amenazas naturales y frecuentes a la salud.

En este sentido, la Agencia Europea del Medicamento recomienda a los países que dejen pasar más tiempo entre vacuna y vacuna y, particularmente, que los programas de refuerzo de Covid-19 sigan los mismos protocolos recomendados para otras vacunas, como la de la gripe, que se vincula al inicio de la temporada de frío en cada hemisferio, cuya dosis sugerida es de una vez al año.

Este llamado a la moderación, sensatez y responsabilidad coincide con la denuncia de un grupo de médicos austriacos que revelan una cantidad de efectos secundarios de naturaleza negativa en las vacunas COVID-19. En efecto, 200 médicos firmaron una carta abierta declarando que las vacunas son ineficaces contra el virus y pueden causar numerosos efectos adversos graves en algunas personas.

La carta escrita por el Dr. Andreas Sönnichsen, que fue despedido a raíz de esta misiva, busca crear conciencia y hacer una llamado a la población para que actúe con responsabilidad e influencia, sin dejarse manipular ni ser obligada a hacer cosas que pueden tener, porque de hecho tienen, efectos adversos: “La cantidad de efectos secundarios informados de las vacunas COVID-19 solo pueden describirse como aterradores”, escribió el Dr. Sönnichsen, palabras que le costaron el cargo de Jefe del Departamento de Medicina General y Familiar del Centro de Salud Pública de Viena. 

Los médicos que firmaron la Carta, que enfrentan multas de hasta 36.340 euros y la prohibición de ejercer la medicina, tomaron esta iniciativa a raíz de que el Gobierno de Austria haya anunciado la obligatoriedad de la vacuna contra el COVID-19 para todos los ciudadanos a partir del próximo año.

“Continuaremos refiriéndonos a la Declaración de Ginebra y pidiendo la libertad de tratamiento médico, continuaremos tratando a nuestros pacientes con lo mejor de nuestro conocimiento y de acuerdo con nuestra conciencia”, señalan este grupo de médicos, a favor de que la vacunación sea una decisión estudiada individualmente para cada paciente después de un prudente y razonable diagnóstico como exige la ética médica.

Pablo Álamo Hernández
Pablo Álamo Hernández
PhD en Economía y Empresa. Profesor internacional de la Universidad Sergio Arboleda y de la Univeridad de Columbia del Paraguay

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