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El que concentra el dinero concentra el poder

El problema fundamental del cartismo y su consolidación como proyecto político, es lo que ha demostrado en función de gobierno claramente, que resulta en el mayor desafío para la transición democrática paraguaya porque pretende destruir la débil calidad institucional, a punto de erosionar las instituciones y así generar las condiciones de un estado débil incapaz de proteger a sus ciudadanos y de custodiar el bien común de los paraguayos.

La concentración excesiva del poder económico en manos de un solo grupo, no solo monopoliza las fuerzas del mercado libre y las regula privilegiadamente a su favor, sino que, además, corroe la competitividad. Así, con las fuerzas del poder económico, aspira a monopolizar además el poder político que es finalmente el que le permite concentrar la toma de decisiones, siempre conforme a los intereses de sus empresas y negocios. Por ello, es esencial para el cartismo la cooptación del poder del Estado y de la política.

No hay ingenuidades en el camino, para hacerse del poder y encumbrarse, lo primero que opta es por utilizar la centenaria y poderosa fuerza del partido Colorado, que hereda la hegemonía del régimen stronista. Así, logrando tomar por asalto, incluso cambiando las normas estatutarias, la ANR se configura como el caballo de Troya, por el cual este modelo perverso ingresa de lleno al poder político.

Con todas las fuerzas del poder del dinero, del emporio mediático y de los negocios oscuros del tabaco y el lavado, el grupo se vuelve en el árbitro de la política, única fuente para financiar campañas y conglomerar sectores en todas las fuerzas y partidos políticos. Así, por un lado, combaten el control y la rendición de cuentas de las leyes del financiamiento político, pero por otra sostienen de manera populista la idea de desfinanciar a partidos políticos, para dejarlos a su total favor.

Si bien el epicentro, por motivos hegemónicos evidentes, es la ANR, esto no se circunscribe a su ámbito. Permea en todas las estructuras públicas, políticas, culturales y hasta deportivas. Es casi un estilo de vida.

¿Alguien puede creer que quien concentra tanto poder económico, social y ´político, puede tener algún tipo de interés comunitario nacional?

La cooptación del esquema de los partidos políticos avanzó además hacia todos los poderes del estado. Así se apropió del otro gran regulador de las fuerzas democráticas, la justicia. La que debiera garantizar la igualdad de oportunidades y la previsibilidad de bienes y personas. La evidente cooptación de la fiscalía general del Estado, de vastos sectores de la justicia, de organismos de seguridad, inteligencia y de control financiero; solo han sido piezas del rompecabezas que pretende consolidar sus privilegios e impunidad.

No menos cierto es además su trabajo por construir un emporio de medios de comunicación y estrategias de comunicación para redes sociales, montadas en trollas y perfiles falsos. Todo un esquema que pretende elaborar “el relato del cartismo”, que, sabiendo de sus debilidades morales, apuesta por un relato que privilegia a figuras “jóvenes, exitosas y competentes” y en otras a indiciados por el narcotráfico y el lavado de dinero.

Con la utilización de la información privilegiada, sus CEO terminan administrando sus empresas y bancos. Es el caso del Banco BASA, en el que el pase del ex ministro de Hacienda, termina al servicio del banco privado; o de las empresas públicas como la del Cemento que termina siendo vaciada para luego acabar en el holding de empresas.

Un ejemplo escandaloso internacional, es la del gobierno italiano quien a través de su embajada en Paraguay consigue que una empresa italiana haga todo un estudio de mercado y proyecto de inversión para una cementera. Finalmente, el proyecto, termina plagiado por el grupo empresarial y así construyen la cementera para sus intereses privados. Por otro lado, en pleno gobierno sacan a PETROPAR su condición de ente regulador y al culminar el gobierno, una vez preparado el terreno ingresan también al sector de los combustibles.

Si algunos creen que esto beneficia al Paraguay diciendo que mueve a la economía están absolutamente equivocados.

Esto terminara siendo un monopolio en todos los rubros y niveles de la economía si no lo paramos a tiempo. Así, ocurra en el sector de la economía que ocurra, con precios artificiales irán matando a todo tipo de competencia libre.

La elite económica subyacente del cartismo, es además una elite extremadamente corrupta. Es que, en modelos de excesiva concentración del poder, es obvio que la corrupción no es un problema de eventos, es una forma sistémica de burocracia pública, y afecta desde las contrataciones de medicamentos en pandemia hasta el METROBUS, monumento a la corrupción pública impune.

¿Cómo se sostiene este modelo de perversión pública? A partir de tentáculos y empleados asalariados en los diversos partidos, medios de comunicación, gremios, y así en cada ámbito social.

Es por ello que, en esa podredumbre de la elite ligada al modelo, se admira al líder del grupo CARTES como un “empresario exitoso que genera empleo y desarrollo”, porque asumen el relato del cartismo, con los cuales comparten privilegios y prebendas. Así, la figura de Santiago Peña, es la cima del relato: “empleado, tránsfuga en la política y con condiciones morales comprometidas a fuego con el grupo”.
No me cabe dudas, que la apuesta no terminará ahí, se necesitará lograr otras candidaturas, para el divide y reinarás y para evitar cualquier tipo de contratiempo, socavando la concertación por todos los medios legales o no.

¿Cuál es la única herramienta con la que contamos los paraguayos y paraguayas para frenar esta decadencia total?

Nuestra conciencia ciudadana, nuestra cultura democrática y nuestro amor por el Paraguay. Así la batalla cultural y política se libra con el voto, pero también con la claridad de saber quiénes son aquellos que buscan que el modelo que destruye la débil calidad democrática para pretender llevarnos a la indignidad, la pobreza y el atraso colectivo.

Pareciera que estamos al borde del abismo. Despertemos por que mañana será muy tarde. Yo confío en el Paraguay y su gente.

Salyn Buzarquis
Salyn Buzarquis
Sobre todo Paraguayo. Esposo, papá y Senador Nacional 2018-2023. El futuro es de los optimistas y valientes.

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