La llegada de la pandemia puso las vidas de todos patas arriba afectando la cotidianeidad. El distanciamiento social impuso límites también al sexo y cada pareja ha tratado de sobrellevar como puede los problemas que trajo consigo.
El teletrabajo, la dedicación intensiva a los hijos y la incertidumbre económica, provocaron estrés y ansiedad, cosas que nunca juegan a favor de la libido, por ello disminuye el deseo sexual.
Si tus ganas se las llevó el Covid-19, no hay nada de qué avergonzarse, es resultado de inquietudes que antes no se habían desarrollado en tu vida. Es necesario comunicarse con la otra persona y creer en que el compartir sirve para el entendimiento. También te podés animar a explorar nuevas formas de vida sexual para estimular la pareja.
Según la psicóloga clínica y máster en terapia familiar, Teresa Galeano, en el Paraguay se está dando un fenómeno muy importante y es que la fatiga, el encierro y el cansancio acarreado por la pandemia disminuyeron las ganas de tener sexo en las mujeres mayores de 40 años.
“Disminuye su energía sexual porque tienen más tareas, son amas de casa, mamás, trabajadoras, por eso es importante cuidar las horas de sueño y descanso, ya que es directamente proporcional a la baja energía sexual”, expresó la profesional.
Galeano aconsejó como parte del autocuidado tener un espacio propio de actividad que le guste a la mujer, conectarse consigo misma y tener de vuelta esa energía para focalizarse en la pareja y en la intimidad.
La mejor forma de ayudar al grupo de mujeres que está pasando por una situación de bajo apetito sexual es autoevaluarse en cuanto a la carga laboral y emocional que están teniendo.
“Además del buen dormir, practicar algún tipo de actividad física para que nuestro cerebro genere los neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, la serotonina, las endorfinas, la oxitocina y que puedan darnos un buen estado de ánimo, es importante”, aseguró.
También recomendó ordenar los horarios, una rutina de alimentación saludable, generar espacios de intimidad con la pareja porque si no pasa no se puede aprovechar la energía sexual que puede estar baja o alta.
“A veces solo necesitamos intimar antes que tener relaciones sexuales. El principal motor para todas las parejas es el diálogo, el buen trato, decir lo que me está pasando, si yo como mujer estoy teniendo poco apetito sexual, hablar para que mi pareja no cree fantasías de que tengo otra persona”.
Finalmente, señaló que si además de hacer todo eso, la mujer sigue sin apetito sexual, es importante acudir al médico clínico, al ginecólogo o al endocrinólogo porque a lo mejor necesita suplementar con vitaminas, minerales o una cuestión hormonal, y eso solamente se puede saber si se hace un chequeo para descartar todo tipo de base biológica que pueda estar influyendo.
Los interesados en más información pueden contactar al (0981) 573 768