Tener deseos intensos y frecuentes no es sinónimo de adicción al sexo. Este es un problema psicológico que puede traer graves consecuencias sobre la vida y relaciones sociales de quienes la padecen, es la presencia de impulsos, fantasías, pensamientos recurrentes de índole sexual que llevan a conductas compulsivas
Los especialistas dicen que la adicción al sexo la pueden sufrir hombres y mujeres desde los 20 hasta los 45 años y las causas pueden ser desórdenes en los neurotransmisores (aumento de la dopamina), y fundamentalmente factores emocionales como el estrés, inseguridad personal, sentimiento de inferioridad, temores de ser humillados o avergonzados por los demás.
El sexólogo David Samaniego aconsejó que cuando la conducta sexual está afectando las actividades diarias, que incluyen las relaciones familiares, laborales, compromisos académicos o si uno tiene una pareja estable, debe buscar un profesional.
“No hay un parámetro para decir si yo necesito sexo todos los días soy adicto o si me acuesto con diferentes personas, soy adicto, son varios los criterios para hacer un diagnóstico como tal, no recomiendo que alguien se autodiagnostique, sino que un especialista diga la última palabra”, afirmó Samaniego.
Agregó que es considerado un trastorno y el tratamiento psicológico va acompañado de algunos controles de actividades que el psicólogo o el psiquiatra pueden pedir a sus familiares o las personas de su entorno, les da ciertos indicios para que le ayuden al control de los impulsos.
Las principales consecuencias de esta adicción, a decir del sexólogo, pueden ser el hecho de contraer enfermedades de transmisión sexual, y la más peligrosa es el VIH, puede traer afecciones a nivel psicológico como baja autoestima, ansiedad, depresión.
Asimismo, las personas que son adictas al sexo también pueden llegar a tener consecuencias a nivel jurídico, cuando hacen alguna actividad sexual no permitida o no sabe que la persona con la que se está acostando es menor de edad porque se conocieron y ni siquiera se preguntaron el nombre.
“Lo principal es buscar un profesional que pueda hacer una correcta evaluación y a partir de ahí iniciar un tratamiento adecuado porque se adaptan a cada paciente, no son generales”, afirmó el experto.
CARACTERÍSTICAS
Las personas adictas suelen tener pensamientos frecuentes y recurrentes sobre el sexo a lo largo del día (64%), o varios días a la semana (32%), y una necesidad de incrementar la intensidad o frecuencia de la conducta sexual, disminuyendo progresivamente el tiempo entre conductas.
La Organización Mundial de la Salud dice que el porcentaje de personas adictas al sexo a nivel mundial es de 5%. Afecta más a hombres que a mujeres, siendo la prevalencia en hombres respecto a mujeres de 5 a 1. Sin embargo, la adicción al sexo no es una cuestión de género, ambos son susceptibles.
El tratamiento se hace en seis fases diferentes: desintoxicación, deshabituación psicológica, normalización, cambio de estilo de vida anterior y búsqueda de nuevas metas alternativas a la adicción; prevención de recaídas.
Cinco indicadores de la adicción al sexo:
1- Impulsos o pensamientos sexuales perseverantes.
2- Necesidad imperiosa e irrefrenable de algún tipo de contacto sexual: autoerótico, relaciones hetero u homosexuales, líneas hot, etc.
3- Sentimientos de culpa posterior.
4- Pérdida de tiempo, incapacidad para cumplir con sus actividades habituales, gastos desmedidos en pornografía, prostitución, etc.; afectación de sus relaciones amorosas y/o interpersonales.
5- Sentimientos encontrados: tentación versus represión.
Dato: Según el National Council of Sexual Addiction de los EEUU, un 40% de los pacientes adictos al sexo pierden a su pareja, un 72% tienen ideas suicidas, un 17% intentó quitarse la vida, un 27% tiene problemas laborales, un 68% tiene probabilidades de contraer VIH, un 40% tiene embarazos no deseados y un 36% aborta.
