La pubertad es una etapa de cambios donde el deseo y los impulsos sexuales dominan la racionalidad en muchos casos, por ende, recibir una buena educación sexual es fundamental, así se pueden superar sin riesgos las etapas de maduración física y psíquica, estableciendo el comportamiento sexual que se tendrá cuando sea adulto.
En un ejemplo claro, para los padres es conveniente comenzar a preparar el terreno para estas conversaciones mucho antes del inicio de la pubertad. Cuanto más frecuentes y francas sean las conversaciones sobre temas sexuales, más probabilidades habrá de que sean más fáciles.
Los especialistas aconsejan recordar a los hijos que siempre están de su lado, que el padre o la madre sea específico y preciso sobre los riesgos del embarazo, la eficacia de los tipos de métodos anticonceptivos, así como también las diversas enfermedades de transmisión sexual.
Por otro lado, las actitudes hacia la identidad homosexual y lesbiana, entre otros, siguen siendo difíciles de hablar hoy en día, pero lo importante es que los padres comprendan el espectro completo de la sexualidad y la orientación sexual, y no intenten canalizarlo en un sector o un área particulares.
“Acepte las preguntas del adolescente como parte del crecimiento, pero al mismo tiempo, permita que el adolescente sepa cuáles son sus opiniones y valores. Reconozca que existen diferencias entre los hechos y su opinión, y sea claro con respecto a ambos», concluyeron los expertos en el sitio para pediatras Healthy Children.
LA CHARLA SOBRE LOS RIESGOS
Informar acerca de los riesgos que traen las relaciones sexuales sin protección, como el embarazo precoz y las enfermedades de Transmisión Sexual, así como los beneficios que reporta practicar sexo seguro, es muy importante, por lo que se debe hablar antes de que comiencen su propio camino.
Carlos Daniel Ortellado, coordinador juvenil del grupo en derechos sexual y reproductivos Somos Pytyvõhara, dijo que es fundamental una educación integral en el Paraguay, donde se aborden aspectos psicológicos, biológicos y socioculturales, no solamente los cambios del cuerpo, sino hablar de enamoramiento, de abuso sexual y que los adolescentes entiendan cuáles son las partes de su cuerpo.
“Hay un concepto de que los adolescentes no son seres pensantes, sino puros bloques de madera, pero no es así. Ellos tienen que participar de los procesos, sus voces se deben tener en cuenta, tienen mucho que decir desde la experiencia misma y es momento de apuntar a que tengan una participación protagónica”, señaló.
Dijo que en el 2019 hubo 3.330 denuncias de abuso sexual a niños y adolescentes, muchas otras no se llegan a saber por miedo o diferentes amenazas que reciben los chicos y chicas. Ya para el 2020 se vieron 233 nacimientos en niñas y adolescentes de 10 a 14 años y estas cifras son alarmantes.
“No podemos decir que son consentidos estos embarazos, sino que son consecuencias de abuso sexual. Tanto el Estado como la sociedad y la familia deben trabajar en conjunto para tener herramientas y que los adolescentes lleven a cabo la toma de decisiones importantes en la vida”, precisó Ortellado.
Aconsejó a todos los padres que recurran a las organizaciones que trabajan en materia de derechos reproductivos, para que puedan informarse al respecto y garantizar este enfoque de educación integral que tanto se busca.
“La sociedad nos puede ayudar a incorporar el abordaje de la sexualidad como parte de los proyectos educativos para que el adolescente conozca bien su cuerpo y se valore. Muchos chicos y chicas se empoderan, exigen sobre su cuerpo, con decisiones informadas y sin miedo. Recomiendo a las familias que conversen de manera responsable, sin prejuicios, acompañando su desarrollo”, concluyó Ortellado.