Hay muchos golpes a la ciudadanía que se guardan bajo el tapete esperando el impacto para salir a la luz. Son noticias malas, impopulares, reaccionarias y que son dignas de grandes manifestaciones ciudadanas y hasta escraches a corruptos. La pregunta es… ¿Cuál es el mejor momento para darlas a conocer o ejecutarlas? La respuesta es estratégica: una ciudadanía indignada y harta de problemas sociales y políticos no conviene a ninguna administración y a ninguna cámara del Congreso.
Es lo que menos desean los responsables de estas malas noticias. Entonces, el tiempo ideal para lanzarlas es ante un estallido social en donde la atención ciudadana esté enfocada hacia otro lugar. Así vemos que subas de combustible o pasaje son publicadas durante un partido de copa libertadores; o el blanqueo de políticos corruptos en la justicia se da a conocer ante una buena aceptación de la campaña de vacunación. Las posibilidades de reacción son mínimas.
Estos momentos de debilidad de atención o los «vacíos distractores» son sumamente anhelados hasta para el asesor más experimentado en comunicación. Los aprovechadores de este periodo de gracia son quienes esconden bajo la alfombra los malos manejos de la cosa pública, el criminal uso del dinero para la pandemia, los vacunados VIP y otros escándalos más. Si una convocatoria para destituir a corruptos se ejecuta durante este vacío, esta es una muestra de que en realidad existe un compromiso pero con los intereses sectarios en lugar del priorizar a los intereses ciudadanos. En medio de tanta desgracia, en cada espacio de gozo en la población debemos estar atentos ante la siguiente avivada que publicarán en los momentos de distracción.