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Caudillo de uranio

Entre las ciudades con mayor nivel de pobreza en Argentina, se encuentra Formosa con un 40% entre otras. Provincia limítrofe con Paraguay, que desde hace años pretende concluir una planta de uranio enriquecido que está asentada a unos 20 kilómetros de nuestro país y muy próxima a las ciudades de Alberdi y Pilar. La factoría recibe el uranio natural y lo convierte en dióxido de uranio. Luego es enviado a Ezeiza, provincia de Buenos Aires, para la elaboración del combustible de las centrales nucleares argentinas.

¿Por qué una planta de uranio enriquecido en Formosa, si ya fue rechazada en las provincias en las que se había localizado tales como Mendoza, La Rioja y Córdoba? Según las autoridades de la Fundación para la defensa del ambiente (FUNAM), es ilegal para la legislación formoseña, y la empresa Dioxitek S.A., sociedad anónima estatal, generó un alto grado de contaminación en esas tres provincias y “tuvo por un comportamiento irresponsable ante el cuidado del medioambiente.”

El interrogante es válido ante la nueva ola de oposición de esta tecnología, tras el accidente de Chernobyl, Fukushima y la sustitución progresiva de la energía nuclear en Alemania. Es también pertinente porque la percepción social de la tecnología nuclear es una amenaza para el ambiente y la salud de las personas. El uranio es un material muy tóxico que afecta los sistemas renal y óseo, además de otros órganos del cuerpo humano. A su vez, por el hecho de ser radiactivo, es cancerígeno, sobre todo si se lo inhala junto al radón-222. Por esta razón, la enfermedad más frecuente en los trabajadores de las minas de uranio es cáncer de pulmón.

Desde hace años se llevan acciones de resistencia a la energía atómica en Formosa, como parte de procesos de discusión en la esfera pública, por actores de diversos tipos de conocimientos y experticias.

En marzo del 2017, indígenas de la Comunidad Nam Toba Nam Qom plantearon una acción de amparo contra la planta de tratamiento de uranio en Formosa. Israel Alegre, representante de la Comunidad Nam Qom, comentó que “la planta funcionó hasta el año 2012 en la Provincia de Córdoba, cuando fue clausurada por causar daños al medio ambiente y a la salud de la población.”

Raúl Montenegro, presidente de la FUNAM, echó hace tiempo un poco de luz sobre los motivos de la provincia elegida o sorteada, según la suerte que ésta pudiera correr. “Formosa no es casual, la empresa busca una provincia en la que el reclamo de los habitantes no ocasione nuevamente su expulsión. La planta llega a Formosa porque hay una gran represión y control por parte del gobierno”, y agregó: “solo les quedaba buscar una provincia feudal, como Formosa, donde las protestas públicas son violentamente reprimidas”.

Gildo Insfrán lleva un cuarto de siglo gobernando Formosa, y cuando fenecía su último mandato en el 2003, modificó la constitución que ahora permite la reelección indefinida. La democracia es una vaga noción que aparece cada tanto en tiempos de elecciones, donde no faltan paraguayos que, con su DNI, votan en Clorinda, por supuesto a favor del caudillo formoseño. Casi todos los medios periodísticos están en manos de adeptos al gobernador. Los medios nacionales no pudieron entrar a Formosa porque Insfrán les negó el permiso de ingreso con la excusa de la pandemia, reforzado con el argumento: “La frontera con Paraguay torna incontrolable el virus.”

Lo cierto es que mientras este señor feudal hace y deshace, desde Paraguay seguimos en la tribuna, sin dimensionar los posibles riesgos de la instalación de esta planta a tan corta distancia de poblaciones paraguayas.

La información volvió a aparecer en los medios en estos días. Así como cae la lluvia, que no iba a ocurrir hasta marzo del 2021(ver info. durante sequía), el gobierno nacional toma el hecho con la misma naturalidad. ¿Sin tremendismos ni pesimistas presagios, alguien puede mirar lo que sucede muy cerca de nuestras fronteras? Cuando estas catástrofes ocurren, las consecuencias no son tan naturales, ni tan beneficiosas como la lluvia.

Arturo Enzo Bregaglio
Arturo Enzo Bregaglio
Abogado. Periodista y Lic. Ciencias de la Comunicación. Fundador y director de Radio Sur (Córdoba) y Radio Trinidad/ViVa (Asunción). Vicepresidente por América Latina y Caribe de AMARC (Asociación Mundial de Radios). Numerosos cursos de Comunicación Política y Derecho a la Comunicación en América Latina, Canadá y Europa. Consultor de la organización para la Migración Paraguaya. Gestión de las campañas en Estados Unidos, Brasil, España, Francia, Italia, Suiza y Argentina, para el logro del voto de los paraguayos en el exterior.

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