domingo, abril 20

Beto Ramírez: Nada lo detiene

La difícil situación que golpea al chaco paraguayo despierta la preo­cupación del país entero. El rally, sitio donde este lugar suele ser hogar habitual, se vio obligado a modificar su calendario. Esto brinda a los pilotos la posibilidad de extender el tiempo para pre­parar sus máquinas.

Alberto “Beto” Ramírez, competirá este año por se­gunda oportunidad en lo que es la carrera más im­portante a nivel local. En la corrida será la segunda en la trayectoria de Beto, quien tras sufrir un grave acci­dente, no se rindió, y siguió luchando para conseguir lle­gar siempre a la meta.

“Previo a esto se corrió lo que se conoce como el pre-chaco, que es como la etapa de clasificación. Allí estuve con Malala Olite y ganamos la carrera. Para la carrera que viene vamos a trabajar con Francisco Velázquez”, recordó Beto. Pese a sus bue­nos antecedentes, el corre­dor no se ve como favorito. “El Chaco es muy estrecho y pueden pasar mil cosas. Te­nemos la esperanza de que­dar en buena posición, sobre todo porque contamos con un muy buen auto”, apuntó.

Para la salida que se rea­lizará en octubre, Beto se encuentra preparando, con todo su equipo de trabajo, su Toyota Etios, y para esto cuneta con el apoyo de To­yotoshi, Credicentro (main-sponsor) Lasca, Agua Cell y varias otras empresas. “Aho­ra mismo somos aproxima­damente 10 personas traba­jando. Buscamos mejorar lo realizado el año pasado, que para ser la primera vez no estuvo mal”, recordó. En su primera participación, Beto terminó en la cuarta posición, y destacó que, por la dificultad del recorrido, el simple hecho de llegar a la meta es todo un mérito.

SUPERÁTE

Las lesiones, accidentes o contratiempos físicos, mu­chas veces pueden ser el punto final de la carrera de un deportista. Beto Ramí­rez, contrario a esta idea, superó una desgracia que muchos verían como defini­tiva y hoy día sigue corrien­do tras sus sueños.

En el año 2016, el corredor realizaba una práctica en la Rioja, Argentina. El objeti­vo era sortear las altas tem­peraturas; en un momento, pierde el control de su cuasi y la misma se le viene enci­ma.

Luego de un largo proceso de rehabilitación, Ramí­rez salió adelante y pasó a comandar automóviles. “Empecé a correr en cuasi en el 2011, fui piloto de va­rias marcas, corrí y gané el desafío guaraní en el 2015. Cuando me preparaba para correr el Dakar 2016, me ac­cidenté”, recordó.

En un inicio parte de su fa­milia mostró dudas, pero su hermano estuvo allí desde el principio. Según destacó, sus ganas de seguir compi­tiendo fue su principal im­pulso “Lo que me trajo acá fueron las ganas de volver al deporte. En ese momen­to fue un Vitz, el que está­bamos preparando para el rally, y empecé a planificar el tema de la adaptación. Mi hermano me ayudó y pudimos adaptar el auto”. Actualmente, Beto busca mejorar su marca.