De aproximadamente los 450 fiscales unas 370 son mujeres, a diferencias de otros cargos públicos existe una gran apertura para el sector femenino pero las falencias continúan en la institución.
Existen varias investigaciones, entre ellas la desarrollada por el profesor Roger Steare que demuestran que las mujeres tienden a ser más honestas que los hombres. También que en presencia mayoritaria de mujeres hay una tendencia de tolerar menos la corrupción, no obstante, cada ser humano y cada sociedad responde de manera diferente.
Estela Mary Ramírez, fiscala de la zona fronteriza de Ciudad del Este opinó que las mujeres si son más honestas e incluso organizadas que los hombres y en el caso de las agentes fiscales es una labor complicada la que ejercen.
SIEMPRE ES DE A DOS
La agente fiscal explicó que indiscutiblemente la corrupción siempre es de a dos. “Los abogados reclaman la corrupción pero si no hay un abogado que ofrece o da coima ese índice también bajará”, expresó.
Manifestó también que si bien el gremio de abogados reclaman las injusticias, otros tratan de corromper a los mismos funcionarios públicos. “Si existe un agente fiscal corrupto, existe un abogado corrupto detrás”, sostuvo.
La forma en que esta institución se depure, en su opinión, es transparentando la gestión que llevan los fiscales, como hoy que los mismos deben presentar informes semanales de las causas que están llevando, los fallos, las sentencias y su asistencia, así se evitaría el tema de la corrupción, mencionó.
EQUIDAD PERO NO TANTO
En el sentido de equidad dentro del Ministerio Público, la fiscal Ramírez reconoció que sí existe gran presencia femenina en la institución pero que al mismo tiempo hay una discriminación cuando se trata con una fiscal mujer. “Es como que se torna más difícil en el sentido de llevar la investigación con efectivos policiales que están acostumbrados a un jefe, ahí surge una pequeña discriminación en relación al trabajo. No es lo mismo cuando un fiscal varón habla con un policía o lleva una investigación que una mujer, existe esa discriminación de la policía en ese sentido”, explicó.
Por otro lado, la fiscala Rosa Noguera señaló que sí son más mujeres dentro del Ministerio Público pero que depende de cada uno el ser honesto. “Cada uno elige qué hacer y no hacer porque cada uno sabe cuál es la consecuencia de su mal desempeño”, agregó.
Para ella es indispensable la moral que por ahora muchos confunden o directamente no les importa. En su caso, a ella nunca le ofrecieron algún tipo de soborno porque siempre se la tuvo en un concepto de ser “poco simpática”, quizás por su carácter serio.
Refirió asimismo que para ejercer una depuración en el Ministerio Público lo ideal sería crear un órgano de control como lo tiene la Corte Suprema de Justicia. “Se necesita controlar un poco más, falta un órgano de control en el Ministerio Público, como lo tiene la Corte Suprema”, mencionó. Asimismo, destacó que cada uno es responsable de sus actos pero se necesita de un control para saber si está haciendo bien su trabajo.
EL PROBLEMA ES EL SISTEMA
La abogada Rosa Vachetta opinó que las falencias en el sistema van más allá del posicionamiento de uno u otro género. “Si bien las mujeres en cargos públicos, en general son más honestas y organizadas, es cierto, pero hay instituciones en que la corrupción forma parte del sistema, y limpiar eso no tiene que ver con género”, explicó.
Añadió que los agentes fiscales tienen una doble dependencia de la clase política que también domina a los administradores de la justicia. “Si queremos que la Fiscalía mejore en su gestión, mi opinión es que se debe liberar de las deudas con los políticos para acceder al cargo”, aseveró.
El hacer afirmaciones de que cierto género es más o menos corrupto podría caer en un encasillamiento negativo, así que aunque estudios indiquen que las mujeres podrían ser más incorruptibles, no se escapa del estandar de moral y ética que maneje cada persona.