Por Benjamín Fernández Bogado
“Las obras viales que no tengan financiación no podrán ser licitadas”, no parece absolutamente lógico lo que le comunicó el ministro de Hacienda a su colega de Obras Públicas. Algunos pegaron el grito al cielo preguntando cómo se van a parar. Y claro, si no existe financiamiento, qué empresa vialera privada estará tomando la responsabilidad de llevar adelante una obra por la que no sabe si se le pagará o no. Además, en el debate en torno a la economía pareciera que todo puede pararse menos las obras viales, y eso no es de recibo, como dirían los españoles.
Cuando la economía para todos los sectores, en mayor o en menor medida, el Gobierno va estableciendo las medidas que tenga que tomar para que las cuestiones no se agraven mucho más de lo ya grabadas que se encuentran en la actualidad. Si no se toca el gasto público, eso significa el pago a los empleados del Estado paraguayo de manera drástica y no se deja de robar en la contratación de bienes y servicios.
No hay posibilidad no sólo de llevar adelante obras viales, sino de sacar al Paraguay de la situación en la que se encuentra. El Banco Interamericano de Desarrollo, que financia gran parte de las obras viales en el país le dijo al Gobierno a comienzo del año que se roban 1.600 millones de dólares por año. Es la misma cantidad que pidió el Gobierno para enfrentar a la pandemia.
Reitero, si el Gobierno no hace una gran revolución interna, sacando todo aquello que excede la racionalidad en el número de empleados públicos, y si no deja de robar en las contrataciones de bienes y servicios, no sólo para dar las obras vialeras, parará el país por completo.
