Ahora mismo hay una reunión en Madrid para ver cómo reducir la emisión de gases de efecto invernadero que están derritiendo los polos, inundando ciudades y cambiando el clima de manera –dicen- irreversible. Para debatir han acudido unas 25.000 personas de 192 países. Esto es muy interesante porque a raíz del viaje de la sueca Greta Thunberg, todos sabemos que un pasajero de avión es responsable de la emisión de 285 gramos de dióxido de carbono por kilómetro el cual se acumula en la alta atmósfera produciendo el efecto invernadero (como si las plantas no existieran).
Paraguay, país pequeño y con escasos recursos, puso en la urbe española 44 delegados. Teniendo en cuenta que un viaje ida y vuelta a Madrid suma 9.187 kilómetros y que cada uno “aportará” 5.236,29 kilos de CO2 cuando finalice su misión, el país habrá sido responsable de contaminar la atmósfera con un total de 230.409 kilos con 96 gramos del maldito gas (lo de la fotosíntesis clorofiliana lo tocamos en otra oportunidad). Así que, siguiendo la “lógica Greta” y suponiendo que de los 25.000 participantes, 10.000 hayan viajado en avión desde todos los puntos del planeta, la cumbre de Madrid habrá contribuido al “calentamiento global” con no menso de 52.300 toneladas de CO2.
Seguir en esta línea tiende a volverse realmente ridículo. Porque tendríamos que llegar a la conclusión de que los principales emisores de CO2 somos los seres humanos. Aun cerrando todas las fábricas, parando todos los aviones, prohibiendo los autos y viajando como Greta en catamarán, la mismísima humanidad es responsable de lanzar a la atmósfera, por año, 2.000 millones de toneladas de anhídrido carbónico… sólo con respirar.
El CO2 es el insumo principal de la fotosíntesis y según la revista Nature, la cubierta vegetal del planeta ha duplicado, en los últimos 70 años, su capacidad de absorber el gas. Como se ve, la naturaleza no necesita que nos reunamos en multitudinarias cumbres para actuar. Ya lo hace. ¿Qué es insuficiente? En términos humanos tal vez. Pero así no se miden los procesos naturales.
Mientras tanto, siempre según la “lógica Greta”, no estaría mal aprender a navegar a vela, andar en bicicleta… y usar menos la computadora, que emite por hora 234 gramos de CO2, según un estudio europeo.
Volveremos a la máquina de escribir o a la pluma de ganso.
Hermoso.
