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Inclementes realidades

En momentos y lugares donde exista una guerra se desarrollan fuertes e increíbles historias de todo tipo. Para  todos de diferentes edades, sucesos que sorprenden por la aspereza de los acontecimientos.Uno de los tantos eventos tiene que ver con el género humano femenino, responsable de desarrollar y concebir vidas en un planeta en el que últimamente no se desea tener hijos.

Vidas a las que también les toca ser víctimas de inclemencias, cómo toca a la mujer en el momento de concebir, cómo el pasar por cesáreas sin anestesia, agua ni comida. Unas 50.000 mujeres gestantes viven en la Franja de Gaza, de las que unas 5.500 darán a luz a lo largo del mes. Eso  supone más de 180 partos diarios, según la ONU. Una tarea infrahumana, extraordinaria y que puede servir para guiones de ficción que imagino serán hechos cuando acaben los desagradables momentos que pasan las personas que se encuentran viviendo o sobreviviendo esta rigurosa situación entre Israel y Palestina.

El drama de nacer en guerra

Una operación cesárea es el tipo de parto mediante el cual un bebé nace a través de un corte (incisión) en el abdomen y en el útero de la madre. Solo imagine el dolor que  significaría para un hombre o mujer pasar por una operación cómo esta sin anestesia o lo que produzca insensibilidad a procedimientos médicos.

En estas condiciones resultarían siendo un antónimo de su función que es sanar y hacer pasar el dolor y/o sufrimiento mediante intervenciones que fueron estudiadas, practicadas y aprobadas por científicos médicos que se especializan para responder y tratar problemas de salud del ser humano y causar daños a la misma. Gaza es hoy un asunto de crisis humanitaria donde los nacimientos de niños en condiciones de bombardeos frecuentes es solo una parte del problema.-

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