miércoles, abril 30

Humo negro en el Vaticano

La Gendarmería vaticana entró en la primera sección de la Se­cretaría de Estado y en la Autoridad de Información Financiera (AIF), un or­ganismo de la Santa Sede instituido para la lucha contra el blanqueo de ca­pitales

Los implicados, según L’Espresso, serían Vincen­zo Mauriello y Fabrizio Tirabassi, dirigentes de la Secretaría de Estado; una empleada de la ad­ministración, Caterina Sansone; Mauro Carlino, jefe del Departamento de Información y Documen­tación, y el director de la AIF, Tommaso Di Ruzza

El Papa Francisco pare­ce dispuesto a hacer de la transparencia uno de los ejes de su pontificado. También en las siempre oscuras finanzas vaticanas, que ya le han dado más de un escándalo. Ayer, la San­ta Sede informaba de una operación para investigar supuestas operaciones fi­nancieras irregulares, vin­culadas a la compraventa de inmuebles.

Según adelanta Emiliano Fittipaldi en L’Espresso, a comienzos del verano los máximos responsables del IOR y el auditor general advirtieron a Bergoglio de la existencia de posi­bles delitos financieros que tienen su origen en el pasado, y que podrían implicar a varios traba­jadores del Vaticano, así como a monseñores y al­gún poderoso cardenal, que Fittipaldi identifica con Angelo Becciu, ac­tual prefecto de la Con­gregación para las Causas de los Santos.

Al parecer, las auditorías internas habrían revela­do la existencia de ope­raciones financieras mi­llonarias aparentemente irregulares llevadas a cabo desde algunas ofi­cinas de la Secretaría de Estado en Londres y en la gestión del Óbolo de San Pedro.

INVESTIGACIÓN INTERNA

Tras conocer las sospe­chas, el Papa ordenó una investigación secreta y estricta, que se destapó ayer cuando el promotor de Justicia Gian Piero Milano, ordenó a la Gen­darmería vaticana re­quisar documentación y ordenadores en la sección primera de la Secretaría de Estado, y la Autoridad de Información Finan­ciera (AIF), que lucha precisamente contra el blanqueo de capitales.

Durante la misma, se ha suspendido a cinco empleados. Tal y como revela L’Espresso, el res­ponsable de Seguridad vaticano, Domenico Gianni, informaba de la suspensión cautelar de Vincenzo Mauriello y Fa­brizio Tirabassi, dirigen­tes de la Secretaría de Es­tado; una empleada de la administación, Caterina Sansone; Mauro Carlino, jefe del Departamento de Información y Docu­mentación, y el director de la AIF, Tommaso Di Ruzza.

«Los mencionados po­drán acceder al Estado exclusivamente para acudir a la Dirección de Sanidad e Higiene y para sus servicios, o bien con la autorización de la magistratura vaticana. Monseñor Mauro Carli­no seguirá residiendo en la Domus Santa Marta», reza el texto.