En los últimos días, los técnicos de la Oficina Regional de Ñeembucú, del Ministerio del Ambiente, encontraron en una de las islas el derribe de una gran cantidad de árboles de distintas especies y portes como Yvyra Pyta, Laurel Hu, Inga, mediante la utilización de motosierras.
Hallaron un horno para la producción de carbón vegetal de aproximadamente 6 metros de diámetro y 2 metros de alto, uno con gran cantidad de madera aserrada a su alrededor, y otro horno de producción de carbón estaba siendo utilizado y quemando en su interior una gran cantidad de madera.
Las denuncias no quedaron ahí, también en la localidad de Mariscal Estigarribia, departamento de Boquerón, fiscalizadores del Mades intervinieron un establecimiento que se dedica a la explotación agropecuaria y producción de carbón vegetal, al constatarse una significativa modificación en el proyecto inicial declarado ante la autoridad ambiental.
Carolina Pedrozo, directora de Evaluación de Impacto Ambiental, comentó que toda la generación de calor para poder producir el carbón vegetal y transformar la madera una vez que se saca del bosque o implantada por deforestación, quemándola, se llama pirólisis, y genera emisiones que contribuyen al cambio climático.
Agregó que para la producción de carbón vegetal se tiene que presentar un estudio de impacto ambiental. Hay que analizar la externalidad, de dónde proviene la materia prima, de bosques nativos o exóticos y habilitar la producción de carbono es competencia del Instituto Forestal Nacional (INFONA).
“Cuando se contempla el plan de uso de la tierra y el aprovechamiento de la madera que se utiliza para la actividad ganadera, le pedimos la resolución del INFONA donde establece cuánto es el volumen en metro cúbico utilizable y cuánto es el que ellos autorizan al traslado para la generación de carbón vegetal, cuando deja de hacerse dentro de los límites sostenibles se da el problema”.
Explicó que si son 10.000 hectáreas no se pueden quitar o tumbar de una sola vez, hay que darle una oportunidad a la fauna que está en el bosque o pastizal que se vaya readaptando a las nuevas condiciones. Además de que se cumpla la Ley de Vida Silvestre y no afecte los huevos, nichos, madrigueras, etc.
“La madera es solo un elemento de un ecosistema, hay otro tipo de formaciones naturales que hacen al funcionamiento del ecosistema y sirven de resguardo para nidos de insectos, mamíferos, invertebrados, hay que mirar todo el contexto, no solo el elemento de la madera como materia prima”, afirmó Pedrozo.
FISCALIZACIÓN
Julio Marecos, director de Fiscalización del Mades, aseguró que el último caso de intervención de un establecimiento ganadero en su declaración de impacto ambiental dejaba una superficie para la reserva de bosque y ellos estaban alterándolo.
“La sanción que sale es el resarcimiento del daño y reforestar el área y se expone a 3.000 a 20.000 jornales de multa. Uno se da cuenta de lo grave de la alteración porque en la reserva de bosque que se deja para el hábitat la están destruyendo”, concluyó Marecos.
Cabe destacar que en el establecimiento se pudo constatar la tala de árboles, apertura de picadas, limpieza, instalación de hornos para la elaboración de carbón vegetal, elaboración de postes y palenques. Del bosque de reserva se extrajo rollos de árboles de la especie de Quebracho blanco y cinco hornos de carbón en funcionamiento también dentro de la reserva del área boscosa.