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Glifosato bajo ataque

Un herbicida es un producto químico utilizado para controlar/eliminar plantas indeseadas para lograr cosechar bien y sin complicaciones, es muy usado en países cómo el nuestro donde mucha tierra es para fines agrícolas y de producción que depende del medio ambiente.

Es importante saber que no todo lo bueno o lo que se vende con tal adjetivo es siempre así. Se conoce que algunos síntomas recurrentes de los daños causados ​​por los herbicidas que vuelven a ocurrir son la defoliación de hojas, la proliferación de yemas axilares, la clorosis de las hojas y los brotes deformados.

Por este motivo en la Unión Europea han decidido poner  fin al uso de herbicidas nocivos. Uno de ellos es el controvertido herbicida glifosato que se relaciona con distintos tipos de cáncer, retrasos en el desarrollo, enfermedades intestinales y una extensa lista de complicaciones que puede desarrollar en la vida humana e incluso de la flora y medioambiente cercano al campo donde sea usado.

La empresa química estadounidense Monsanto utilizó glifosato, una mezcla del compuesto orgánico de fósforo con otras sustancias, para crear el herbicida Roundup, se distribujo por primera vez en 1974.

Muy popular entre nosotros

Es importante tener en cuenta que En Paraguay, el glifosato es utilizado en cerca de tres millones y medio de hectáreas sembradas con soja transgénica que luego es exportada a distintos lugares cómo China, Rusia, Perú, Túnez y Argentina que son solo unos de los pocos mercados que tenemos en el planeta, en el que se usa el herbicida con frecuencia para controlar y detener problemas en la cosecha de cultivos. Agricultores de todo el mundo continúan fumigando sus campos con herbicida para eliminar las malas hierbas verdes antes de sembrar el cultivo. El aerosol químico también inhibe el crecimiento de malezas que pueden superar a los cultivos mientras crecen. 

En la actualidad, varias docenas de empresas químicas en todo el mundo fabrican pesticidas que contienen glifosato hasta ahora de productos que comemos sin darnos cuenta lo que estamos introduciendo por nuestra boca al organismo. Lo que a su vez es una oportunidad para recomendar hacer uso de los dispositivos que tengan en su mano para hacerse de información no solo de lo que deseen comprar o adquirir sino sobre todo que contiene aquel alimento que pedirá por delivery y cómo fue hecho, por la seriedad de tratarse no de cualquier producto que usemos para trabajar o lucir sino es nuestra alimentación que nos debe preocupar no sólo por cómo nos haga ver sino sobre todo cómo nos haga sentir y si realmente nos serviría para algo o no.

Saber los peligros

Matar las malas hierbas y plantas silvestres en los campos agrícolas priva a los insectos de su hábitat. Esto, a su vez, priva a las aves de alimento cómo al ser humano o cualquier ser vivo que se haya habituado a encontrar su desayuno, almuerzo o ceno en espacios que ahora están cubiertos por herbicidas. La agricultura española utilizó una media de 2,6 kilogramos de plaguicidas por hectárea de tierra en 2020. 

“El herbicida destruye la base nutricional de los animales”, explica a DW Jörn Wogram, jefe del departamento de pesticidas de la Agencia Federal de Medio Ambiente de Alemania. “Por tanto, el glifosato, junto con otros pesticidas, amenaza la biodiversidad” y muchos otros campos de la vida en el planeta.

Es posible cuidar y salvar sobre todo si manejamos la información y conocimiento que conviene no solo a un país, continente o espacio donde se usen herbicidas sino a todo el mundo que por la exportación e importación se hace no solo de ropa, teléfonos o cualquier dispositivo electrónico sino también de alimentos o productos básicos o materia prima para elaborarlos.

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