El filósofo Zygmunt Bauman (1925-2017) fue un sociólogo de origen polaco conocido por su trabajo sobre la modernidad tardía, la cultura de consumo y el concepto de «modernidad líquida», este concepto describe la sociedad actual caracterizada por la fugacidad, la incertidumbre y la falta de estabilidad. Antes de su muerte deja claro lo que «Zuckerberg descubrió el mayor miedo de las personas y se lucró gracias a ello.
Una de las claves del éxito de las redes sociales está en comprender una emoción universal organica: la necesidad de sentirse acompañado. Por ese motivo el internauta busca tener muchos “amigos” virtuales, seguidores y suscriptores. Lo que se maneja hasta ahora es que los ingresos publicitarios de Facebook superaron los $100.000 millones en 2024. Y no se trata solo de Mark Zuckerberg sino de creadores de otras redes sociales de ayer y ahora.
En una entrevista del 2017 el referente indiscutible del pensamiento contemporáneo, lanzó una contundente reflexión sobre el éxito de Facebook y su creador, Mark Zuckerberg. Para Bauman, el triunfo del gigante tecnológico no radica tanto en la innovación técnica como en haber explotado una emoción profundamente humana: el miedo a la soledad, conocido cómo la autofobia.
La falsa compañia
Zuckerberg supo identificar y capitalizar una de las mayores inquietudes del mundo moderno: la necesidad constante de conexión que hoy día gracias a nuestras pantallas estamos “acompañados” siempre y cuando hagamos un buen uso de las redes, tenemos respuestas y notificaciones que activan nuestra dopamina y nos hacen sentir junto a alguién y por eso satisfechos, alegres y sin dilemas en la “soledad” que tiene sus cosas malas y buenas, porque en este estado o condición tendemos a reflexionar más y mejor sobre problemas propios y de otros, así cómo en ocasiones extremas por sentirse solos algunos tienden a hacer cosas excesivas cómo el suicidio o poner fin a otras vidas o cosas de su entorno.
Zuckerberg tocó la fibra sensible de nuestra existencia cotidiana, algo que definió como una verdadera “mina de oro”. No se trata solo de compartir fotos o estados, sino de la ilusión de pertenecer, de no quedar al margen, de sentirse visto. “Sintió, intuyó, o no sé cómo lo descubrió… pero dio con ello” y a su vez logra hacerse de mucho dinero.
Esta reflexión conecta de lleno con el concepto de “modernidad líquida” que popularizó el propio Bauman, donde los vínculos son frágiles y la identidad se construye en un escenario de incertidumbre constante. Este tipo de modernidad presenta muchos riesgos para humanidad cómo;
Estas son entre otras amenazas para el comportamiento y formas de pensar de las comunidades en la sociedad que deberíamos tomar en cuenta

Licenciado en ciencias politicas, editor, comunicador y productor de contenido creativo.