Por aquí aún no sabemos cómo nos irá 2021 con la educación, después de probar que la enseñanza a distancia con dispositivos digitales tiene sus límites y que la presencialidad es insustituible. De reforma, ni hablar. Hemos probado que la palabra carece de significado para nosotros ya que hemos sido incapaces de avanzar con un plan del cual no tenemos una evaluación confiable, salvo los indicadores de las pruebas PISA.
Los japoneses han decidido patear el tablero e ir adelante con un cambio drástico, no solo una reforma. Han comenzado una prueba piloto dirigida a transformar por completo educativa y culturalmente a las nuevas generaciones. Lo llaman “el cambio valiente”, se asienta sobre un trípode disruptivo y se desarrolla sobre cinco ejes centrales.
Las tres columnas son: ciudadanos del mundo, no sólo del Japón; nada de materias de relleno; y ausencia de tareas fuera de clase. Los estudiantes de este programa de 12 años tendrán cinco materias. La primera, aritmética de negocios, con operaciones básicas con uso de calculadoras especializadas. La segunda, lectura; empezarán leyendo una hoja por día y al cabo del ciclo el alumno deberá haber leído por lo menos un libro por semana. La tercera, educación cívica desde la perspectiva del respeto a la ley, a las normas éticas, a la convivencia a y la tolerancia. La cuarta materia es computación, pero como herramienta de estudio, de trabajo y de formación personal no de mero entretenimiento. Y quinta materia, idiomas, alfabetos, culturas y religiones. De esta manera, al cumplir 18 años, estos jóvenes hablarán mínimo cuatro idiomas, sabrán manejar sus finanzas personas y sus emprendimientos, leerán 52 libros al año, serán ciudadanos respetuosos de la ley y conocerán al dedillo otros alfabetos, culturas y religiones.
En suma, serán jóvenes preparados para competir en cualquier parte del mundo, bajo cualquier circunstancia y en el idioma que sea preciso.
Será un cambio drástico dentro de una cultura muy tradicional como la japonesa, en donde la posición del hombre ha sido siempre dominante. Es una sociedad acostumbrada a hacer correr modelos para determinar rumbos, rendimientos, desarrollos y comportamientos con proyección hacia el futuro.
Si ya tienen en marcha su “cambio valiente” es porque están convencidos de que va a funcionar.
