El Athletico Paranaensellega a su segunda final de la Copa Sudamericana con un potente ataque liderado por Nikao, Renato Kayzer y el uruguayo David Terans, que ha conseguido mantener su efectividad pese al baile de entrenadores de este año.
El cuadro de Curitiba, campeón de la Sudamericana por primera vez en 2018, jugará el sábado una nueva final continental frente al también brasileño Bragantino en el Estadio Centenario de Montevideo.
La temporada del ‘Huracán’ está repleta de claroscuros. En el Campeonato Brasileño le separan, de forma provisional, tan solo cinco puntos de la zona de descenso, pero en cambio ha alcanzado las finales de la Copa Sudamericana y la Copa de Brasil.
Por su banquillo ya han pasado cuatro técnicos: el portugués António Oliveira, quien renunció en septiembre; Bruno Lazaroni, Paulo Autuori, ambos en calidad de interinos, y Alberto Valentim, que está en el cargo desde el pasado 1 de octubre.
UN ATAQUE REPLETO DE VARIANTES
Pese a todo, la plantilla ha rendido con una eficiencia extraordinaria en fases eliminatorias y puede acabar la campaña de 2021 con dos títulos y una plaza asegurada para la próxima edición de la Copa Libertadores.
El estilo de juego apenas ha variado en medio de tanto vaivén. Es un equipo tremendamente vertical que ha cimentado su éxito en un ataque coral y un portero de garantías.
Nikao, Terans y Kayzer son los encargados de cocinar todo el torrente ofensivo. De hecho, son los máximos goleadores del conjunto rojinegro. Se entienden a la perfección e intercalan sus posiciones constantemente.
Nikao, de 29 años, es uno de los jugadores que sobreviven de la Sudamericana de 2018, como el portero Santos, que además ganó el oro con la selección olímpica en los Juegos de Tokio 2020.
Terans, formado en el Rentistas uruguayo, llegó al Paranaense en mayo pasado y se ha asentado a la perfección en el club de Curitiba, después de no cuajar en el Atlético Mineiro y sobresalir cedido en el Peñarol de su país.
Kayzer se ha hecho un hueco en el once después de la salida de Vitinho, quien a mitad de la temporada puso rumbo al Dínamo de Kiev ucraniano. Como revulsivo está Guilherme Bissoli, quien ha conseguido situarse entre los máximos goleadores del equipo esta temporada.
UN ENTRENADOR RECIÉN LLEGADO
Esa doble cara del equipo, que entremezcla una campaña discreta en la Liga brasileña, con el éxito que supone alcanzar las finales de la Sudamericana y la Copa de Brasil, es reflejo también de los constantes cambios de entrenador.
Alberto Valentim es el cuarto técnico que dirige al Paranaense esta temporada. Fue anunciado apenas un día después de que el equipo eliminara al Peñarol en las semifinales de la Sudamericana.
Con apenas un mes y medio en el cargo, ha mantenido la filosofía de juego y el mismo sistema defensivo de tres centrales de su antecesor, Paulo Autuori, quien volvió a la dirección deportiva del club.
Valentim, de 46 años y exjugador del Paranaense, trabajó en un segundo plano como auxiliar en el Palmeiras y después dirigió RB Brasil, Botafogo -en dos pasajes distintos-, el Pyramids de Egipto, Vasco da Gama, Avaí y Cuiabá.
Sin embargo, su estancia en esos clubes ha durado de media 17 partidos. Al Pyramids lo dirigió sólo en tres después de que la directiva del club lo cesara de manera fulminante por desavenencias a la hora de conformar la alineación.
En el caso del Cuiabá, su último trabajo antes de asumir el Paranaense, fueron tan solo diez encuentros en los que no conoció la derrota, pero la cúpula de la entidad estimó que no tenía un patrón de juego y lo destituyó.
Ahora en el Paranaense busca su particular redención y su primer gran título desde que comenzó su carrera como primer entrenador. EFE