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Educar por pantallas

Es verdad que nos ubicamos, ordenamos y trabajamos por pantallas, pero se ha preguntado si es realmente posible educar o aprender usando estas plataformas. Hoy día las mejores escuelas cierran la puerta a los dispositivos electrónicos porque han visto que distraen y empeoran el aprendizaje. Vuelven al libro de texto y a los apuntes a mano. Estilo “vieja escuela” en la que nuestros abuelos, padres y tíos han estudiado, aprendido y participado sin ningún problema psicológico o algo que dañe su mente.

Hasta hoy día con más de sesenta años la siguen usando bien para sus tareas cotidianas; trabajando, e incluso aprendiendo y enseñando usando sus smartphones, notebooks o pantallas táctiles para empezar, desarrollar o terminar alguna tarea que por pruebas y estudios psiquiátricos son conocimientos pueden entrar y permanecer por más tiempo, evitando distracciones innecesarias al momento de intentar aprender o enseñar algo a nuestros hijos, sobrinos o nietos. Los mismos no dejarán de adiestrarse en cualquier campo donde y cuando sea en sus vidas y pueden ser lecciones productivas si no existen distracciones o tentaciones a ello. 

Existió una etapa muy difícil en el mundo por la visita y estadía de un  virus denominado COVID que trajo consigo además de problemas para nuestra salud, muchas cosas nuevas cómo el “home office” u oficina en el hogar, enseñar y aprender desde casa y en ese momento nos habituamos a hacer casi todo sin salir de nuestras cuatro paredes donde existe luz, internet, y pantallas para navegar en la red que posee información, “personas” virtuales y conocimiento que puede ser bien canalizado en la mente de los menores. Los mismos que   bien comunicados a ellos  que sean usados en su trabajo, vida, familia o cualquier circulo social donde pueda distribuir el conocimiento adquirido en la red.

Nuevos modos

Un espacio que además de poseer gramática, fórmulas químicas y matemáticas también tiene fotografías, videos y textos que no construyen sino destruyen mentes humanas de cualquier edad, siendo las más vulnerables la de los niños que no distinguen lo bueno de lo malo y son engañados con facilidad para dar su información o la que interese adquirir a cualquier sitio de quien y de lo que sea con la posibilidad de dañar o afectar sus finanzas, relaciones laborales, sociales o familiares a “tan solo un click”.

Así  nos vende el marketing en sus habituales promociones en línea. Una dirección o tarima que debemos saber también su utilidad para todos al hacer algo público en cualquier sitio o las redes sociales que usemos que exigen siempre mucho cuidado y aplicación de la idea cartesiana del “cogito ergo sum” o pienso luego existo.  Antes de hacer existir una publicación que puede o no servir al grupo de personas que sigamos una cuenta que a su vez puede o no distraer perjudicando el noble trabajo de educar a quien desee aprender usando la red que tiene muchas posibilidades de crecer o no dependiendo del uso que hagamos de la misma.

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