Corría el 11 de junio de 1982 cuando «E.T. el extraterrestre» llegaba a las salas de proyección, pero aún no se sabía que marcaría la historia del cine.
Cuarenta años después, la criatura sigue enterneciendo al mundo en su empeño de volver a su hogar.
E.T. conmovió a millones de espectadores, fue aclamada por la crítica y estuvo nominada a nueve premios Oscar, de los cuales se alzó con cuatro, uno de ellos el de mejor banda sonora, la de John Williams, una música que hace viajar al espectador desde la butaca y que hizo soñar a toda una generación.
Spielberg, que ya había trabajado con Williams en «Tiburón» (1975), quedó especialmente maravillado con la partitura de «E.T. el extraterrestre». Fue tal su fascinación que cuando la escuchó por primera vez no pudo reprimir las lágrimas y le pidió que no cambiara ni una sola nota.
La cinta fue la primera experiencia cinematográfica en la pantalla grande para muchos niños nacidos en la década de 1970, mientras que otros la han podido disfrutar a través de cintas de video, DVD o televisión, en los años posteriores.
¿Qué tiene de especial el filme para que 40 años después siga emocionando y atrayendo al público? Quizá la respuesta más sencilla es que narra una historia sobre un sentimiento tan universal como la amistad, además de mostrar al público que los extraterrestres pueden ser cariñosos y familiares, en lugar de simples monstruos de otro mundo como hasta entonces lo imaginaba el cine. EFE