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De teléfonos, redes y adicciones

Ya me tocó evaluar y escribir al respecto de los teléfonos “inteligentes” y su influencia en la mente de las personas, el artículo se denomina “locura virtual” cómo otros artículos donde mencionaba el uso grosero de las redes sociales, que son plataformas, cómo dice su título para socializar temas de interés público nacional o internacional actuales. Existen muchos usos que el ser humano hace de estas plataformas; como para informar, promocionar algún producto o servicio o vender directamente algo que necesite tener visualización y exposición en el mercado interesado.

Un estudio ha revelado que casi la mitad de los adolescentes británicos se sienten adictos a las redes sociales, algo peligroso y para tener en cuenta aunque sea un país que está a 16.373 km, su caso no puede estar muy lejos de otros países donde existen los dispositivos con acceso a la red que nos pueden ser utiles o inutiles, de acuerdo al uso que le demos y si decidimos que un aparato no nos puede robar el tiempo para trabajar, estudiar o socializar realmente. 

Aprender a convivir

Algo que debemos rescatar y llevarlo a la práctica en nuestros hogares con la familia que esté lejos de sus “bichos” o smartphones que son herramientas para servirnos y no servirse de nuestra información o hacernos daño, no podemos dejar que una cosa nos afecte y debemos cuidar sobre todo nuestra salud, por los riesgos que presenta el uso excesivo del dispositivo, que tiene una importante lista de amenazas para nuestra salud cómo:

  • Problemas de audición
  • Dolor en las manos o tendinitis.
  • dolor de cuello
  • Dolores de cabeza relacionados con las tensiones en el cuello.
  • fatiga ocular
  • Visión Borrosa
  • dolor de cabeza
  • Visión doble ocasional

Un importante catálogo de amenazas que debemos tener en cuenta al quedarnos “hipnotizados” por nuestras pantallas, que son cómo ya lo había escrito más arriba, artefactos que están a nuestro servicio, que proponen atención a lo que hagamos con los mismos y el tiempo que dediquemos estar cabizbajos y abandonados no por nuestra apariencia, aroma sino por nuestra actitud hacia nuestros entornos. Debemos saber cómo vivir con ellos o sin ellos.-

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