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Conducta criminal

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El viernes por la mañana, una interminable fila de autos, llenando los tres carriles de salida de la autopista Aviadores del Chaco, mano hacia Luque, se desplazaba como si la cuarentena no existiera, como si el coronavirus fuera un asunto lejano. Este comportamiento demencial contó con complacencia –no cabe otro término- de la Policía Nacional, incapaz de detener este flujo de brutos cuyo gps los empujaba tozudamente, como un cardumen de atunes, hacia el interior del país o el conurbano capitalino.

Esta piara de inciviles ignoró, o quizá ni vió, la profusa información que se brinda diariamente sobre el avance de la pandemia en el Paraguay. Una consulta somera de la abundante información proveída a diario por el Ministro de Salud Pública permite ver claramente que la mayor cantidad de casos se concentra en el Gran Asunción y el departamento Central. Las demás áreas del territorio comienzan a registrar algunos casos pero de forma más lenta. Por eso el Gobierno, guiado por una asesoría médica y epidemiológica acertada, impuso la cuarentena.

Para los brutos que por lo visto ni siquiera saben qué significa el término, los desasnamos. Dice la Academia: “Aislamiento preventivo a que se somete durante un período de tiempo, por razones sanitarias, a personas o animales”.

La cuarentena de personas se lleva a cabo mediante resoluciones que instan a la gente a guardarseen su casa para evitar o contraer o difundir alguna enfermedad, en este caso, el coronavirus. La cuarentena de animales se ejecuta manteniéndolos en encierro forzado en corrales, bretes, potreros, etc. Es evidente que a la recua de emigrantes del viernes pasado le cabe la segunda modalidad, porque de personas conscientes no tienen nada.

Nos preguntamos donde quedó la encendida y severa oratoria del Ministro del Interior quien, con un rictus al estilo Barnabás Collins, anunciaba por TV implacables sanciones para los violadores de la cuarentena. Ahí tiene a los que “no entendieron”, los videos que rebosan en las redes lo documentan. Miles de automovilistas se burlaron de la Policía y del Ministro, moviéndose con absoluta libertad y desparpajo, como si en lugar de una cuarentena se estuviera en la víspera de Navidad.

Es probable que los resultados de este comportamiento demencial los veamos dentro de dos o tres semanas. Esperemos que para entonces, al interior del Gobierno sepan unir con flechas. Porque si el coronavirus estalla en el interior, ya se sabrá quienes, por pura inepcia, permitieron que el virus se propagara como un incendio.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.
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