El medioambiente se encuentra en peligro. Para nadie es un secreto que la mano indiscriminada del hombre ha sido la causante de esta situación y el incumplimiento de las leyes vigentes sigue poniéndonos a todos en aprietos.
El último libro de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) “La tragedia ambiental de América Latina y el Caribe”, señala que para el 2018 más del 75% de la superficie terrestre ya se encontraría degradada y la cifra podría elevarse por encima del 90% hacia 2050 si todo sigue así.
Desde el año 2000 el Paraguay tiene una deuda con su medioambiente. En aquel entonces ya debía haber comenzado el proceso de elaboración de un Código Ambiental; sin embargo, recién en el 2019 se llevaron a cabo los trabajos.
Hoy en día es una realidad, un paso trascendental hacia el fortalecimiento de las legislaciones ambientales. La abogada María Laura Bobadilla, secretaria General del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), dijo que ya se remitió a la Presidencia de la República el borrador base del Código Ambiental Paraguayo, una tarea que busca agrupar en una sola normativa todas las leyes.
El objetivo es que este sea un instrumento aplicable para los operadores jurídicos y una herramienta para los actores y agentes del medio ambiente. Bobadilla afirmó que “existen muchos temas donde hay una nebulosa y era necesario ese ordenamiento jurídico para que los operadores puedan aplicar correctamente la legislación, ya sean fiscales o jueces, será muy interesante el debate en materia de hechos punibles”.
El proyecto surge en cumplimiento del artículo 37 de la Ley 1.561/2000. El Mades es la autoridad de aplicación de varias leyes en materia ambiental, como la 96/92 de Vida Silvestre, la 294/93 de Evaluación de Impacto Ambiental, la 352/94 de Áreas Silvestres Protegidas, 3239/2007 de los Recursos Hídricos del Paraguay, etc., y ante esta situación, surge la necesidad de sistematizar las dispersas y confusas normativas en materia ambiental.
Según la cartera, las normativas medioambientales que ya se encuentran obsoletas quedarían derogadas, permitiendo ajustar y reforzar aquellas que deben alinearse a los nuevos paradigmas ambientales.
“Hace un año atrás se empezó a socializar en talleres las diferentes leyes, donde se vieron las fortalezas, debilidades o recomendaciones para mejorarlas. El Congreso es el órgano de poder competente para llevar a cabo este estudio y hacer cumplir un mandato establecido hace 20 años”, acotó Bobadilla.
Agregó que el ambiente es dinámico, hay materias que han sido actualizadas y esperan que el proyecto sea socializado por todos los sectores y ampliamente debatido, surgiendo nuevos avances en ese debate
Cabe resaltar que para la construcción y el proceso de elaboración se invitó a participar a personas físicas, colegiados, Asociaciones del Sector Ambiental, Gremios Ambientales, representantes de Sociedad Civil, academias públicas y privadas, OEE, ministerios, secretarías, institutos, Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial.
ANTECEDENTES
La elaboración del Código Ambiental Paraguayo fue impulsado por el ministro del Ambiente, Ariel Oviedo, incluso ya desde su cargo anterior en la Cámara de Diputados. El objetivo es tener una sola hoja de ruta.
Según la página oficial del Mades, se entiende como código ambiental al conjunto de leyes o normas aplicadas en materia de medio ambiente. Se conforman de diversas disposiciones con valor legal, social y ecológico.
Los principios básicos de los códigos ambientales son: el respeto y cuidado de la vida, es decir, respetar a la Tierra en toda su diversidad, cuidando de las comunidades de manera pacífica y sostenible, preservando los recursos para las futuras generaciones, y la integridad ecológica es decir, proteger la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con especial preocupación por la diversidad biológica que sustenta la vida.
