Brasil de Tite sigue imparable y, tras golear 0-4 a Bolivia, rompió el récord de puntos en unas eliminatorias mundialistas sudamericanas, aunque para Catar aún tiene pendiente definir cuál será su «9».
La fase de clasificación para el Mundial, que empezará el próximo 21 de noviembre, ha sido un paseo militar para una Canarinha que, a falta de concluir el partido contra la Albiceleste suspendido en septiembre del año pasado, no conoce la derrota.
El balance es casi perfecto: catorce victorias y apenas tres empates a domicilio ante Ecuador (1-1), Argentina (0-0) y Colombia (0-0), con 40 goles a favor y tan solo cinco en contra.
Líder absoluta, es la selección suramericana más goleadora y la menos goleada.
Números estratosféricos que le han permitido superar, incluso con un partido menos, el récord de puntos en unas eliminatorias suramericanas vigente desde 2001, cuando la Argentina comandada por el técnico Marcelo Bielsa acabó con 43 unidades en su preparación para el Mundial de Corea del Sur y Japón del año siguiente.
Brasil tiene hoy 45 puntos y podrían ser más, si consigue sumar ante el combinado de Lionel Messi en ese encuentro que las autoridades brasileñas detuvieron a los pocos minutos del inicio porque algunos jugadores argentinos se habían saltado el protocolo covid, y que tendrá que completarse por orden de la FIFA.
Pese a la excelente trayectoria en su camino hacia Catar, la afición brasileña continúa sin conectarse por completo con la selección nacional.
El hermetismo de Tite, los escándalos extradeportivos de Neymar y las últimas decepciones en Copas del Mundo -la herida del 1-7 contra Alemania aún duele-, sin olvidar la derrota en la final de la Copa América de 2021 ante Argentina en el Maracaná, han mermado algo la ilusión.
Sin embargo, en las últimas jornadas de las eliminatorias, el juego de la pentacampeona del mundo ha dado un salto cualitativo notable y, más importante, ha demostrado no ser tan dependiente de su máxima estrella, Neymar.
Ello se debe en parte a que Tite ha abierto las puertas de la selección a una nueva generación de futbolistas, más jóvenes, con más ganas y con más ímpetu, sobre todo en la zona del ataque.
Algunos de esos nombres son Raphinha, que parece un fijo en el extremo derecho; Vinicius Júnior, que está cuajando una brillante campaña con el Real Madrid y ante Chile, el pasado jueves, marcó su primer gol con la absoluta; Antony, Matheus Cunha, Rodrygo Goes o Gabriel Martinelli.
De ese grupo, el «más veterano» es, con sus 25 años, Raphinha, jugador del Leeds United inglés y quien, según la prensa brasileña y española, está en la órbita del Barcelona.
Sin embargo, sólo hay un delantero centro entre esa tropa de jugadores noveles: Matheus Cunha.
Un puesto, el del 9, que no está nada definido con vistas a Catar. De hecho, Neymar ha sido el máximo goleador brasileño de las eliminatorias para Catar 2022, con ocho tantos.
Roberto Firmino y Gabriel Jesus, este último fuera de la última convocatoria por decisión técnica de Tite, han perdido algo de espacio, lo que abre más posibilidades a Cunha, quien se está descantado en su primera temporada con el Atlético de Madrid.
El nombre del ex del Hertha de Berlín y del Leipzig no apareció en la última lista de Tite por lesión.
La camisa 9 es un asunto capital para la selección brasileña, que desde Ronaldo Nazario no ha tenido uno igual de decisivo durante tanto tiempo.
Cunha podría ocupar esa posición en Catar, para la que también aparecen otros nombres como Gabriel Barbosa ‘Gabigol’ y Richarlison, quien se reivindicó la víspera en La Paz con dos de los cuatro goles del equipo.
Competencia no falta. Tite, que dejará la selección tras el Mundial de Catar, aún tiene ocho meses por delante para decidir quién cargará el peso de vestir el 9 de Brasil. EFE
