La transformación educativa constituye un proyecto liderado por el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Educación y Ciencias, la Secretaría Técnica de Planificación y la Unidad de Gestión de la Presidencia de la República, en compañía de sectores de la sociedad civil.
A diferencia de la reforma educativa que inició en los 90’, este proyecto buscará transformar de forma integral, todos los aspectos del sistema educativo: desde la gestión de la cartera, hasta la infraestructura y el bienestar estudiantil, según dieron a conocer desde el Ministerio de Educación y Ciencias.Este mes se debate el borrador del segundo acuerdo nacional sobre el diseño de la estrategia de Transformación Educativa Paraguay 2030.
En medio de este proceso de debate, la iniciativa se ganó detractores y cuestionamientos respecto a la legalidad de la comisión que lidera el proceso y, sobre todo, el diagnóstico educativo que se realizó en el marco de la iniciativa.
El padre jesuita Jesús Montero Tirado, experto en educación, discutió la creación por decreto de un comité estratégico para desarrollar el Plan Nacional de Transformación Educativa, pese a que el Consejo Nacional de Educación y Ciencia constituye el único órgano con “derecho y obligación” para proponer reformas o acompañar procesos.
“Está creado (el comité) por decreto 1083 del año 2019 y está violando artículos de la ley general de educación y la orgánica del MEC, específicamente el 5749. Ahí se señala claramente que el único órgano con derecho y obligación de proponer reformas y acompañar el proceso es el Consejo Nacional de Educación y Ciencia. Ese consejo es el responsable, pero el comité ha usurpado sus funciones y obligaciones”.
En este sentido, Montero Tirado lamentó que el Conec se mantenga inactivo y no renueve sus autoridades desde hace años.
“Las autoridades del Conec son nombradas por el presidente de la República, previa aprobación del Congreso. Esta herramienta debe actuar como un consejo del Estado, ya que cuenta con la aprobación de los dos poderes”, resaltó.
Ante estas supuestas irregularidades jurídicas, los actos que se realizaron en el marco del plan de transformación educativa prácticamente son nulos y no tienen valor, enfatizó el especialista en educación.
DIAGNÓSTICO
ES UN “FRAUDE”
Además de los cuestionamientos jurídicos, Montero criticó que se utilizara como diagnóstico de la transformación educativa un informe de PISA,que data de 2017.
“Eso no es diagnóstico. Eso es un comentario a un informe extranjero que habla de un puntito de los muchos problemas. El diagnóstico no alude, por ejemplo, a la problemática de la interferencia política en educación, empezando por la invasión de operadores políticos en el Ministerio”, detalló.
Los supervisores y consejeros departamentales serían componentes fundamentales de la problemática, analizó Montero.
“Los políticos, senadores y diputados, influyen metiendo a sus operadores políticos. Lugo, por ejemplo, cuando estuvo en el poder creó 284 funcionarios más de los que había. Como no podía nombrarlos sin concurso, los llamó encargados de despacho. Colocó 284 operadores políticos en cargo de supervisores”, explicó.
En esta misma línea, el especialista en educación aseguró que la mayoría de estos funcionarios no tiene “nada que ver” con el ámbito educativo.
“Es imposible que la educación funcione, si en un periodo de año y medio tenemos siempre cambio de ministros. En cinco años, lleva tres ministros este Gobierno. Cuando el titular empieza a enterarse de qué va el Ministerio sale y entra otro”, refirió.
La inclusión de la comunidad educativa y, sobre todo, la familia en el proceso de transformación educativa resulta crucial, pero el plan actual no contempla este paepl crucial, sostuvo el especialista.
ASPECTOS
FUNDAMENTALES
De cara a realizar una verdadera transformación educativa, se requiere analizar la estructura del sistema educativo, que cuenta con severas deficiencias, acotó Montero.
“La pedagogía vigente o el diseño curricular, que orienta lo que hay que hacer en las aulas, propone una realidad no tiene ni siquiera la fundamentación científica de la ciencias básicas”; aseguró.
El modelo curricular del plan de transformación tampoco incluiría a las ciencias básicas y supuestamente carece de herramientas básicas como la filosofía o la psicología.
“Ninguna de esas ciencias básicas están incluidas, menos aún las ciencias de vanguardia como la neurociencia o neuroeducación y la genética. Pedagógicamente este documento no tiene fundamentación científica. Son unos aficionados”, concluyó.