Con la responsabilidad de resguardar el orden de las penitenciarías, teniendo un contexto precario y con nulas atenciones por parte del Ministerio Público para mejorar su logística de trabajo, los guardiacárceles se convierten en las víctimas de fugas de reos, que tratan de paliar entre tanta fragilidad institucional.
Luego de la fuga de un reo, registrada en el hospital de la Fundación de Visión de San Lorenzo, quedaron al desnudo las debilidades existentes dentro del sistema penitenciario no solo para prever cualquier contratiempo en medio de sus labores, sino también para dar abasto ante una alta cantidad de personas privadas de su libertad.
El recluso, identificado como Jorge Barrientos, logró escaparse teniendo problemas de visión y movilizándose en muletas. José Espínola, guardiacárcel de Tacumbú y delegado representante de la penitenciaría en el Sindicato Nacional Penitenciario del Paraguay (Sinapep), expresó que dicho acontecimiento representa una negligencia que va aumentando a nivel funcionariado.
“En mis 24 años como guardiacárcel noté esta fragilidad instaurada, a la cual el ministerio Público no presta ninguna atención porque todos los funcionarios nos encontramos en un gran déficit, a falta de un respaldo jurídico que también nos ayuden en logística y cantidad de guardiacárceles”, determinó Espínola.
Dentro del punto, resaltó que la principal falencia recae en la realidad que les toca vivir como funcionarios, rigiéndose bajo la ley 1626, aplicada para quienes trabajan 8 horas, contemplándose sus días libres y horas extras, beneficios que un guardiacárcel no goza. Espínola dijo que a ellos les toca vivir en la precariedad, haciendo el doble de trabajo que en verdad les corresponde.
José Espínola
“En Tacumbú, la cantidad de reos está cerca de los 3 mil y, haciendo un cálculo rápido, se puede determinar que se encuentra un guardiacárcel para cada 50 e incluso cada 100 presos, lo que rebasa absolutamente los límites y las capacidades de cada funcionario”, destacó.La cantidad de guardiacárceles trabajando en Tacumbú ronda por los 40, a los cuales se suman otros 10 contratados como apoyo, pero que siguen sin ser suficientes ante la gran cantidad de reos encontrados en la penitenciaría. Dichos funcionarios se vuelven a dividir en 3 grupos y luego se encuentran aquellos encargados de resguardar la comparecencia de los reos.
Así también, hizo otro paralelismo de la misma situación encontrada en la penitenciaría de Misiones, donde se registran 1.600 reos, con 20 funcionarios cubriendo 24 horas, que luego son reemplazados por otros 20 funcionarios. De este modo, queda demostrada la intensa fragilidad de las penitenciarías, pues los guardiacárceles no cuentan con el respaldo suficiente para atender todas las necesidades institucionales.
CARENCIAS
“Con todo esto se nota el nivel de dirigencia por parte del Ministerio Público, pues no nos brinda las herramientas necesarias como para tratar de trabajar, teniendo en cuenta la cantidad de reos y guardiacárceles”, manifestó Espínola.
La realidad atravesada en las penitenciarías, el guardiacárcel caracterizó como una precarización absoluta que no solo viene por la falta de funcionarios suficientes, sino por la nula inversión institucional, pues en términos de infraestructura también se encuentran completamente desamparados.
“Nosotros por ejemplo contamos con protocolos para llevar a cabo y así evitar cualquier indicio o amenaza de fugas, pero esto no nos sirve de nada si la cantidad de funcionarios con los cuales contamos no dan abasto, esto sin mencionar que el apoyo logístico es prácticamente inexistente”, señaló Espínola.
Haciendo hincapié en el problema existente en torno a las fugas, dijo que las mismas se intensifican durante estas fechas, teniendo en cuenta la proximidad de las fiestas de fin de año, pues los reos se encuentran con la añoranza de estar con sus familiares e intentas salir de la cárcel como sea.
“Ayer, por ejemplo, hubo un pequeño amotinamiento acá en Tacumbú, pero logramos solucionar luego de una hora. Aunque no pasó a mayores, muchos compañeros se encontraban rebasados; esto nos da la pauta de que Tacumbú es una bomba de tiempo a punto de estallar”, concluyó.