A falta de un mes para la primera de las tres finales de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Montevideo ultima detalles y se viste de gala para lo que promete ser una verdadera fiesta del fútbol.

Jornada tras jornada, un grupo de obreros trabaja en la refacción del Estadio Centenario, donde el 20 de noviembre los brasileños Athletico Paranaense y Red Bull Bragantino se disputarán el título de la Copa Sudamericana.

Renovado, el Monumento Histórico del Fútbol Mundial también se prepara para la final de la Libertadores, entre otros dos brasileños: el Flamengo y el Palmeiras.

El 27 de noviembre estos equipos buscarán repetir logros pasados y engrosar la lista de los que ya levantaron el trofeo más importante a nivel de clubes que tiene en el continente, nada menos que en el escenario que más veces recibió partidos de este tipo.

En esta oportunidad, diez años después que el Santos brasileño y el Peñarol uruguayo disputaran allí los primeros 90 minutos de una final recordada, el Centenario recibirá totalmente renovado a hinchas, dirigentes, jugadores y periodistas.

La bancada de prensa, las cabinas, los vestuarios y las tribunas son algunos de los sectores que vivieron cambios. También las luces y el césped de la cancha en la que se jugó la final del primer Mundial del fútbol en 1930.

En el exterior, quienes pasan por el lugar pueden observar que la pintura gris cubrió gran parte de un viejo mural que adornaba el Centenario desde principios de los años 90 y se encamina a taparlo totalmente.

Ahora, un nuevo diseño reemplazará la obra del español Antoni Sellés.

Con las fronteras abiertas desde el 1 de noviembre para todos los foráneos que estén vacunados contra el Covid-19, Uruguay espera que sean miles los fanáticos que lleguen al país a disfrutar de esos dos encuentros, también, de la final de la Copa Libertadores femenina, que se jugará el 21 de noviembre en el Gran Parque Central y cuyos rivales aún se desconocen.
Francisco Rodríguez, presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay, aseguró que la expectativa es grande y las cifras que se manejan son alentadoras.

Resaltó que del 20 al 27 de noviembre la ocupación hotelera en Montevideo será del 100 % y en los días más cercanos a la final de la Libertadores los hinchas también se hospedarán en otras ciudades.

Los departamentos (provincias) de Canelones, San José y Maldonado, los tres en el sur del país, recibirán hinchas. Por otra parte, ya recibieron consultas algunos hoteles de Colonia (suroeste) y Rocha (sureste), ambos localizados a más de 150 kilómetros de la capital.
Por su parte, el sector gastronómico se encuentra trabajando para dar un servicio que también sea «una vitrina» para que los hinchas y simpatizantes que llegan a conocer Montevideo por un evento deportivo vuelvan más adelante.

«Para Montevideo siempre el mejor turista es el brasileño, porque le gustan las carnes, los vinos y ni hablar de la cerveza», afirmó Rodríguez.

En principio, el país sudamericano aguarda por la llegada de miles de aficionados, que por el momento podrán ocupar hasta el 50 % de los lugares que disponen los estadios y ya conocen el precio de las entradas. Según informó la Conmebol, ver las finales masculinas costará entre US$ 100 y US$ 650 por persona y quienes quieran ir podrán adquirir las localidades en los próximos días, previa inscripción.

De esta forma, mientras el Centenario sigue en arreglos y los hoteleros se preparan para volver al ruedo tras un año y medio de crisis por la pandemia, Uruguay entra en la cuenta regresiva para vibrar con una de las pasiones más grandes que tiene su pueblo: el fútbol.

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