La instalación de albergues para los connacionales que llegaban de diferentes partes del mundo, situación provocada por la pandemia, permitió hacer un seguimiento de los niños y adolescentes que llegaban sin acompañamiento, sobre todo, de San Pablo, Brasil.
Se habilitaron albergues especiales para ellos y se activaron mecanismos de protección del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (MINNA), las redes de instituciones dedicadas a las personas vulnerables y los organismos de la sociedad civil.
Durante todo el proceso, se identificaron 135 adolescentes en situación de explotación, de los cuales 70 fueron certificados como víctimas de trata, en su mayoría en fábricas textiles, pero también algunas fueron víctimas de explotación sexual. El 34% eran de comunidades rurales del departamento de Caaguazú.
“Actualmente no se detecta el retorno de más gente, pero lo sucedido en 2020 permitió conocer una situación que antes se suponía que ocurría. La explotación a la que estaban sometidos en Brasil nos obligó a dar una asistencia a las familias para que no se vuelva a repetir el hecho”, señaló la ministra de la Niñez, Teresa Martínez.
Se hizo un estudio de la situación psicosocial, de vulnerabilidad de las familias, y las principales situaciones en la que se encontraban eran de pobreza, falta de educación y sensibilización para padres y madres sobre su rol, falta de empleos formales en las zonas de origen, destinados a la incorporación de los adolescentes a actividades laborales según su edad. Además, tenían poco acceso a servicios básicos.
“La Mesa de Trata existe por Ley y a la localidad donde mayores víctimas se detectaron, que fue la de Caaguazú, se llevaron programas del gobierno y se vieron alternativas con el Ministerio de Trabajo como la capacitación a través de Sinafocal, ya que esas víctimas adolescentes tienen otras expectativas de trabajo que no son el campo o la tierra, entonces es importante instruirlos en las ramas que ellos quieran dedicarse”, precisó.
Asimismo, contó que se han dado casos de adolescentes del sexo femenino que volvieron a salir del país. Sus padres alegaron que se iban con familiares, pero estas situaciones de explotación se pueden volver a dar, ninguno de los adolescentes tenía su salida del país sellada, lo pueden volver a irse de esa forma.
“Necesitamos que tengan todas las ofertas del estado para que no lo vuelvan a hacer. Estamos trabajando en la concienciación de los padres para que vean lo dañino y nocivo que es y lo vulnerable que les hace el estar fuera del país”, mencionó Martínez.
Finalmente, envió un mensaje a todas las familias paraguayas con el objetivo de que no piensen que la salida del exterior de los menores es la panacea para resolver los problemas económicos en casa.
“Los chicos quedan vulnerables a situaciones de explotación y no deben ir solos al exterior, aunque sea un pariente quien les convoca. Lo que hagan acá como ayuda a su familia nunca va a ser superior al daño que reciben allá. Hay una inversión en los roles, los adultos deben mantenerlos y buscar otras vías de solución”, concluyó la ministra de la Niñez.20
