Benjamín Fernández Bogado / Noticia Destacada.
Una cuestión sobre la que se insiste de manera reiterada es mejorar los niveles de contrataciones públicas del Estado paraguayo que llega a comprar por valor superior a 3.000 millones de dólares del presupuesto cada año y, en la mayoría de los casos se nota que se direccionan muchas de estas licitaciones a personas que cada vez tienen mayor nivel de representación en la economía.
Gran parte de ese sector económico proveedor del Estado se ha hecho millonario, nadie los conoce, se desconoce sus rostros pero, sin embargo, constituye con ese capital en uno de los principales elementos que mueven el llamado sistema político paraguayo.
Y no se acaba solo en la concesión de estas empresas y servicios de parte del Estado sino todo lo que implica cobrar por ello lo que lleva aquella vieja expresión de que para liberar el cheque alguien debe aflojar dinero en la administración pública que significa aumentar los costos y la corrupción dentro de la estructura pública.
Con toda la tecnología que tenemos desarrollada en el mundo, es mucho más fácil hacer las cosas de manera transparente, claro, se acabarán los negocios en la provisión, en los arreglos licitatorios y en los cobros por los mismos, o sea, afectará directamente al sistema pero beneficiará profundamente a los ciudadanos que son los que pagan estos servicios con sus impuestos.