“Nuestros hospitales no funcionan, nuestras escuelas no funcionan, pero nuestras carreteras internacionales sí porque transportan ganado. Nuestra economía no funciona, pero tenemos los impuestos a la exportación de carne más bajos de América del Sur. Lo único que importa aquí no es la gente. Es la soja y el ganado. Todo se construye a partir de eso en Paraguay”, fueron las palabras de Karen Colman, una joven bióloga que se enfrentó a las autoridades del Ambiente, y firme ante sus ideales, denunció toda la corrupción que se encuentra detrás de la institución.
Earthsight es una organización sin fines de lucro registrada en el Reino Unido. Su principal misión es exponer los delitos ambientales y sociales, la injusticia y los vínculos con el consumo global. En su informe Grand Theft Chaco, reveló que las empresas automovilísticas europeas obtienen cuero de los mataderos que compran ganado de tierras deforestadas ilegalmente en Paraguay.
El organismo responsable de salvaguardar estos bosques es el Ministerio de Medio Ambiente de Paraguay (Mades) y la investigación dio a conocer que los funcionarios de la cartera hicieron “la vista gorda” ante las empresas de agronegocios que talan bosques sin autorización.
Earthsight recordó que la ex funcionaria Karen Colmán se unió al departamento de biodiversidad del Ministerio en 2011. Poco después de que comenzara, una ONG paraguaya lanzó un nuevo programa informático que rastrea la deforestación en tiempo real.
El programa permitió a los funcionarios ver cuánto bosque se había talado en una propiedad específica y cuándo se había realizado el desmonte. “Fueron deforestaciones ilegales. Los terratenientes pedían licencias para regularizar lo que ya habían talado”, descubrió la ex funcionaria del Mades.
Su queja fue ignorada por la cartera, por eso la llevó ante el fiscal. Días después fue llamada a la oficina del jefe de control de calidad ambiental, el departamento responsable en última instancia de emitir licencias a los propietarios de tierras. Según la investigación, como Karen había estado redirigiendo carpetas fraudulentas al fiscal, no habían llegado a este departamento, por lo que los propietarios no estaban obteniendo las licencias que habían solicitado.
El portal británico expuso que el jefe de control le dijo a Karen que dejara de quejarse y permitiera que se emitieran las licencias. “Un día mi jefe me dijo que tenía que atender a un consultor. Salí al frente, a un pasillo de la Dirección General, un pasillo estrecho entre Parques y el resto de departamentos. Allí no había nadie más. Me preguntó por qué su expediente no avanzaba, y le dije que la zona ya estaba deforestada, que no podía dar permiso para autorizar algo que ya estaba hecho, que esto es totalmente ilegal, así que tuve que denunciarlo”.
“Luego se acercó a mí, demasiado cerca. Dije: ‘¿Qué está pasando? Cálmese.’ Me dijo: ‘¿Qué es lo que querés, qué querés?’ Me quedé allí en silencio, no sabía qué hacer, solo quería volver a mi oficina. Y sacó un billete, lo partió por la mitad y lo puso en mi pecho. Luego se fue diciendo: ‘cuando quieras la otra mitad, hablamos’. “Lloré toda la noche. No sabía qué hacer”
La bióloga fue despojada de sus funciones de evaluación de carpetas y le obligaron a trabajar solo en el rescate de animales. “Comencé con la idea de querer conservar el medio ambiente, pero no hice absolutamente nada de eso en los cinco años que estuve allí”, reflexiona Karen. No logré absolutamente nada. Y las personas que estaban conmigo en el ministerio tampoco lograron nada”.
LA MISIÓN ENCUBIERTA
El informe señaló que desde el 2013, casi todos los biólogos del Ministerio han sido destituidos de puestos de toma de decisiones. Earthsight llevó a cabo una misión encubierta haciéndose pasar por inversores interesados en la ganadería, se reunieron con una empresa de corretaje de tierras llamada GD Agronegocios.
Según los investigadores, el director de la empresa aseguró que una vez que compraran una propiedad y presentaran la documentación pertinente, podrían comenzar a talar el bosque de inmediato, sin esperar a recibir una licencia. “Los nativos no tienen ningún problema”, respondió un representante de ventas.
“Tienen deforestación sellada en tierras indígenas, ignorando las protestas de las comunidades afectadas. Estos despejes han destruido algunas de las últimas extensiones intactas del bosque habitadas por los ayoreo totobiegosode, los únicos pueblos indígenas que viven en aislamiento voluntario en cualquier lugar de las Américas fuera de la selva amazónica”, expuso el informe.
FOTOS CRÉDITOS: Earthsight