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“Es triste escuchar un niño que pide carne”

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Desde que inició la pandemia, la solidaridad de las personas ha hecho que los más necesitados tuvieran un plato de comida, por lo menos una vez al día. En todos los rincones del país se hicieron ollas populares para colaborar con la terrible situación por la que pasaban la mayoría de las familias paraguayas.

Con humildad, representantes de organizaciones de ollas populares unieron sus voces para dar a conocer su postura sobre el proyecto de Ley de Ollas Populares que salió gracias al esfuerzo constante que vinieron realizando desde que comenzó la pandemia, que lo sostienen con ayuda del sector privado, y casi nula asistencia de las instituciones del Estado.

Juvensur, Callescuela, la Coordinadora de Lucha por la Tierra del Bañado Sur,  Coordinación Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (Connats) y otras organizaciones afirmaron que “peleamos mucho por esta iniciativa, ahora se debe promulgar y hacer la reglamentación. Como organizaciones de ollas populares estamos velando para que beneficie a todos y que no sean los punteros políticos los que reciben los insumos, sino que de verdad lleguen a la gente y toque a cada organización barrial”.

Afirmaron que buscan fortalecer su papel para que actos propagandísticos de sectores partidarios no quieran confundir a la ciudadanía ni adueñarse del sacrificio que hacen desde las ollas. También muchas comunidades indígenas no están accediendo al derecho de la alimentación y este proyecto de ley con la reglamentación puede llegar a estas y a las ollas populares que no están en una articulación.

“Desde que comenzó esta pandemia no tuvieron en cuenta que si una minoría puede realmente quedarse en su casa por cierto tiempo, hay una mayoría que vive del día a día o sencillamente no come. Mucha burocracia tuvimos que aguantar para que las Instituciones del Estado llevaran los insumos a los barrios que en varias ocasiones eran condicionados por punteros políticos y funcionarios que nos exigían cosas imposibles de cumplir con los insumos incompletos que llevaban”, acotaron.

 

DE SU BOLSILLO

Mirian Rosa Aranda es una de las 10 madres de Alto Paraná que por 20 años han sacado de su bolsillo para darle una comida digna a la gente necesitada. Ahora con la pandemia, les asisten de lunes a viernes.

“Estamos apoyando para que se apruebe la Ley. Yo sé que Marito va a aceptar porque es un padre de familia, y sabe por lo que pasa el pueblo, es una necesidad irreparable. Mucha gente depende de las ollas. Recibimos la mercadería, pero no viene carne, huevo, leche o verduras, y eso es lo más importante. Apenas alcanzamos para comprar la carne y es lo que más piden los chicos. Es triste escuchar un niño que pide carne”, mencionó.

Actualmente atienden en el comedor a 120 personas y aseguró que requiere mucho sacrificio. “Hay ollas populares que se hacen con leña, cuando llueve se moja todo y ya no pueden preparar el almuerzo. Cada sector tiene que rebuscarse de otras ollas populares que tienen comodidad, pero si uno trabaja con amor y prepara los alimentos con amor, por supuesto que da gusto y somos bendecidos”, aseguró Doña Mirian.

SE NECESITA VALENTÍA

Por otro lado, Luis Narvaja, de Juvensur, explicó que van a seguir sosteniendo las ollas gracias al aporte de la gente para que muchas personas no pasen hambre y debemos seguir insistiendo, articulando acciones a nivel nacional para que exista un solo frente, una unidad constante para pelear por uno de los derechos principales del ser humano que es la alimentación. 

“Agradecerle a las cocineras que sobre ellas recae una gran responsabilidad, alimentar a 100, 200 personas, implica tener valentía y coraje, cocinan con lo que haya y quitan platos muy nutritivos, eso es lo que nos fortalece. Gracias a las miles de mujeres que guerrean. La lucha no va a terminar cuando Marito diga sí, el hambre va a existir independiente de eso”, destacó Narvaja.

Finalmente, Nelly Barrios, de la Coordinadora de Lucha por la Tierra del Bañado Sur, relató que han organizado 17 ollas en el Bañado, asistiendo a 2.473 personas 3 veces a la semana, tuvieron que reducir la ayuda por la falta de insumos.

“Nos preocupa cómo seguir, falta carne, verduras, tenemos que hacer autogestión para solventar y estamos tratando de adquirir dinero para poder comprar los insumos. La Secretaría de Emergencia solo responde cuando la gente presiona, antes de eso no toman la iniciativa, cuando hay presión popular recién se ponen a responder, es muy injusto, el pueblo tiene que mendigar lo que por derecho le corresponde”, concluyó Barrios. 

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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