A su retorno, la tenista dijo que el encierro no fue fácil y habló del placer de volver a correr. “Para ningún atleta fue fácil. Estamos acostumbrados a estar atrás del deporte. Fueron dos meses en que no se pudo hacer nada”, indicó. González se mantuvo en ritmo en su casa, trabajando en lo físico y siguiendo un plan de trabajo preventivo desarrollado por su fisioterapeuta, considerando que volvía de una lesión. “Todo fue muy incierto y complicado creo que a todos nos afectó mucho”, señaló.
La atleta tenía pensado volver en mayo, y pudo acomodar los tiempos de su lesión. Con el reacomodo, se sigue estudiando el calendario a futuro y no se prevé nada nuevo hasta finales de julio en cuanto a WTA o ATP.
CORRER DE VUELTA
Montse entrena en las instalaciones del Comité Olímpico Paraguayo, donde cuenta con las herramientas necesarias para cuidar el físico. Mencionó que sigue un estricto protocolo antes, durante y después de cada entrenamiento.
Al ser un deporte individual, el tenis está habilitado, considerando la distancia existente entre rivales, y que no requiere de contacto físico. Con su entrenador, la tenista nacional desarrolló un plan, cuidando el canasto de pelotas, y con un kit de aseo individual. Trabaja en cancha por hora y media y maneja una rutina de retorno. “Hay horarios determinados y no se pueden juntar más de cuatro personas; es algo nuevo para todos”, describió.
Montse contó entre risas que con su entrenador coincidían en que ella estaba acostumbrada al encierro, pues venía de un periodo de meses lesionada, pero de igual manera trabajó especialmente en lo psicológico. “Es complicado, mentalmente se trabaja, y ahora es más difícil por la incertidumbre, nadie sabe que va a pasar. En mi caso el tenis es totalmente a nivel internacional, Europa, y Norteamérica; no significa que al aplicarse ya podemos salir y jugar. Entrenar sin saber cuándo vas a competir es difícil, tener las ganas de ir al 100% sin saber cuándo se compite. Allí lo mental es muy importante”, definió.
En su caso, está acostumbrada a manejarse sola, pues viaja desde los 11 años, y lleva una vida que describe como solitaria. “Por suerte estaba acostumbrada a no ver mucho a mi mamá, porque de lo contrario iba a ser muy difícil”, señaló. Dentro del tiempo de ocio, indicó que encontró una distracción en las mandalas, la música y el yoga. “Este tiempo sirvió para descubrirse a uno mismo. Aprendemos a valorar las pequeñas cosas de la vida porque vivimos acelerados y hoy se valora más el cariño de la gente y el tiempo que pasamos con los seres queridos”, destacó.
Mencionó que el futuro está en la nebulosa y lo que queda es preparase para la próxima competencia, cualquiera sea la fecha. Para finalizar, invitó a la gente a aprovechar a la familia, y valorar el tiempo con ellos. “En el trajín de la vida no se valora y esto nos muestra que no todo es material, no todo es el deporte, también la familia necesita de uno y que aprovechemos”, finalizó.
