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Cuando el oro valía un peso

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Por Cristian Nielsen

Monedas que usaron nuestros tatarabuelos en su día a día. La historia de las monedas que antecedieron al guaraní se remonta a la colonización española. La de mayor vigencia fue el real, que circuló por el mundo hispánico entre los siglos XIV y XIX. 

En 1811, el Paraguay aún no contaba con institucionalidad suficiente como para emitir moneda propia. Entonces, se siguió usando no solo el real, sino también el antiguo peso español, conocido como “real de a ocho” y a veces como peso fuerte. También corría el cuartillo, una moneda acuñada en vellón, una aleación de cobre y plata, puesta en circulación en tiempos de Enrique IV de Castilla, en el siglo XV, con el valor de un cuarto de real. Todas estas piezas se acuñaban en el Virreinato de Nueva España, que contaba con abundante provisión de metales preciosos en México y Venezuela.

Muchos paraguayos de la última etapa de la colonia y primera de la vida independiente preferían guardar sus caudales en “carloscuartos”, una moneda de cuatro reales acuñada en 1792 en Potosí, Alto Perú, con la efigie del Rey Carlos IV.

EL PAPEL MONEDA – La era del papel moneda se inauguró el 1 de marzo de 1847 cuando el gobierno de Carlos Antonio López autorizó la emisión del peso en series de billetes de uno, tres, cinco, nueve y veinte pesos.

Según reporta Luis P. Frescura en su historia del sistema monetario paraguayo, la primera emisión de billetes nacionales se efectuó por un total de 200.000 pesos “de curso legal”. Como hasta entonces circulaban, aparte del real y del cuartillo, la onza de oro y el peso fuerte de plata, la paridad establecida desde la primera emisión fue: una onza de oro igual a dieciséis pesos papel y un peso fuerte equivalía a un peso papel. 

En cuanto a las monedas en metal, el experto español Adolfo Ruiz Calleja relata en su blognumismatico.com, que “las monedas emitidas -durante el gobierno de C.A. López- eran piezas de un doceavo de real y pesaban 6 gramos”. 

El diseño de dicha moneda siguió vigente mucho tiempo después, incluso a partir de la aparición del guaraní. Dice Ruiz Calleja: “Representan en el anverso una escena laureada donde se observa a un león con un gorro frigio radiante; en el reverso se muestra el valor de la moneda, el país y la fecha. Esas monedas fueron encargadas por Paraguay a la Ceca de Soho (Birmingham, Inglaterra), que fabricaba a mediados del siglo XIX moneda fraccionaria para muchos otros países y colonias”.

TRAS EL VENDAVAL BELICO – Terminada la guerra contra la Triple Alianza, con el país en ruinas, su economía devastada y la población diezmada, la moneda emitida por don Carlos dejó de tener vigencia. ¿Qué la reemplazó? Frescura es dolorosamente didáctico al describir las acciones tomadas por las autoridades de entonces.

“Para allegarse recursos financieros -dice el historiador paraguayo- los gobiernos de post-bellum, ante la pobreza pública y privada, no tuvieron más remedio que apelar al cómodo arbitrio de las emisiones de papel moneda, desde el año de 1870. Dichas emisiones fueron hechas en los primeros tiempos, a base de su convertibilidad a la par del oro. Para ello, se destinaban recursos especiales como el producto de la venta del ferrocarril del Estado, de las tierras públicas, de los edificios fiscales, del estanco del tabaco, de la sal, del jabón, de diversos impuestos y hasta de probables empréstitos”.

Pero el final de esta nueva emisión era previsible y a partir de allí empezó a tomarse como referencia de valor a monedas de otras procedencias. Frescura enumera que la onza española valía 16,50 pesos, Ia mejicana 16,30, la moneda brasileña de 20 milreis 16,25 y el cóndor chileno, 9,50. También circulaban el doblón español y el dólar USA a 5.10 cada uno, la libra esterlina a 5, el carolus de Suecia a 2 y el marco alemán a 4 pesos. Hasta podía conseguirse un sol peruano a razón de 20 pesos la unidad.

 EL PESO SE REVALÚA – Fernando Masi y Dionisio Borda dejaron claro, en su obra “Estado y economía en Paraguay. 1870-2010”, que la recuperación del Paraguay pos guerra del ’70 se dio con “una receta simple, pero, en aquellos años, casi incuestionable: ingreso de capitales extranjeros, financiamiento externo para reconstruir las arcas fiscales, y todo tipo de estímulos para la inmigración europea”. 

Las exportaciones de carne empacada (packaged meat), yerbamate, cueros salados y el extracto de quebracho colorado conocido como tanino fortalecieron la economía. Este último producto comenzó a adquirir un altísimo valor de mercado. Masi y Borda lo relatan:

“Para 1920, el valor nominal de mercado de las exportaciones paraguayas era casi tres veces mayor al de 1913. La industria del quebracho se convirtió en el principal generador de divisas. Tal fue el impacto de este auge, que el papel moneda paraguayo se apreció de manera considerable, pasando de cerca de 38,7 pesos por oro sellado en 1915, a 18,6 pesos en 1916”. 

El respaldo de valor lo daba el fortalecimiento y sanidad de la economía de entonces.

APARECE EL GUARANÍ – En 1944 se produjo la reforma monetaria que dio lugar a la aparición del guaraní. Los primeros billetes de la nueva moneda eran, en realidad, antiguos pesos resellados hasta que en 1952, con la creación del Banco Central del Paraguay, circularon los primeros billetes impresos en la casa Thomas de la Rue de Londres.

Desde entonces, el guaraní nos acompaña a través de décadas de estabilidad, turbulencias y violentos vaivenes de la economía regional. En ese periodo, Argentina cambió tres veces de nombre su moneda quitándole 13 ceros a su peso original. Hoy, el guaraní es preferido como reserva de valor en las zonas fronterizas argentinas sobre el vapuleado peso que no termina de caer.

Tiempos y costumbres, al decir de Cicerón.   

 

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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