La aparición de nuevas plataformas como Tik Tok necesariamente obliga a las figuras públicas sobre todo si buscan llegar a una audiencia más joven e ingresar en un dialogo o por lo menos ser visibles para un target determinado que no escucha AM, ni lee los diarios.
¿Pero qué tipo de contenidos deberíamos realizar? No existe una formula, lo que, si es claro, es que cada plataforma tiene un formato, de que en todos los casos para no depender de la suerte necesitamos manejar la métrica y las tendencias, pero sobre todo entender que ser populares por una serie de videos con propuestas que generen el debate, pero no sean tenidas en cuenta nos va a terminar posicionando, pero de una forma incorrecta. De nada sirve tirarse a la pileta con un traje, subir a una bicicleta en tacos altos, hacer un baile o algo que finalmente no genere ningún contenido a profundidad que sea un disparador vinculados con nuestras propuestas, nuestra “lucha” o compromiso que respondan a una necesidad o inquietud de ese electorado.
Combinar agencias digitales que trabajan marcas para posicionar productos o servicios en conjunto con una buena estrategia de la mano de un consultor en comunicación política puede ser la respuesta para lograr impacto rápido y sostenible. Pero si dejo que los profesionales que no tienen experiencia ni criterios en comunicación electoral y comunicación de gobierno utilicen la misma lógica para promocionar una cantante o un producto para realicen la campaña digital de una figura electoral el resultado en el mejor de los casos no será el deseado, corriendo un riesgo importante incluso de cometer errores fatales que debiliten la figura del candidato (o candidata).
La comunicación al parecer se transformo en un tópico que se reduce a que cualquiera que tenga redes y sepa escribir pueda intervenir en el desarrollo de campañas, esto necesariamente hace que los candidatos pierdan un tiempo preciado de posicionamiento, y que si se mantiene de esta manera tan precaria lleguen al día D con los objetivos por debajo del 10%, en caso incluso que se allá trazado una estrategia con objetivos mínimamente claros y puntuales. Si alguien en su propuesta solo habla de “visibilidad” y no tiene otros ingredientes vinculados con la imagen del candidato, estamos comprando unos pasajes de ida al fracaso.