Las automotriz alemana Volkswagen anunció la suspensión temporaria de su producción de automóviles en sus tres fábricas en Brasil a raíz de la paralización que viene experimentando el mercado de venta de vehículos.
El anuncio llegó luego de que la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva otorgara un plan de subsidios para reducir los precios de automóviles de hasta el equivalente a 14.000 dólares.
La empresa informó que para su estrategia el mercado de Brasil está «paralizado» y por eso anunció una serie de suspensiones de producción en sus plantas de los estados de Paraná y de San Pablo.
La suspensión de la producción, que fue acordada con los sindicatos, ocurre en coincidencia con el anuncio que hizo hoy la empresa china de vehículos eléctricos BYD de su intención de abrir su segunda fábrica en el país, en el espacio físico dejado por la estadounidense Ford, que se fue de Brasil en 2021 y decidió desarrollar los eléctricos en Argentina.
VW informó que la fábrica de São José dos Pinhais, en el estado de Paraná, donde se produce el T-Cross, tiene turno de paralización desde el 5 de junio de este año con previsión de duración entre 2 y 5 meses.
El otro turno tuvo una paralización será hasta el viernes, utilizando las horas extras a compensar de los trabajadores, según informó la compañía.
En tanto, en la fábrica de Taubaté, en San Pablo, donde se fabrican el Polo Track y el Novo Polo, mantenía esta semana sus dos turnos de producción interrumpidos (desde el lunes hasta el viernes), también negociando las horas extras a compensar de sus trabajadores.
La situación más crítica por la acumulación de automóviles en los patios se encuentra en Sao Bernardo do Campo, Gran San Pablo, que fabrica el Novo Virtus, Novo Polo, Nivus y Saveiro.
Allí se dieron vacaciones colectivas de diez días, previstas para sus dos turnos de producción, a partir del próximo 10 de julio.
«Todas las herramientas de flexibilidad están previstas en el Convenio Colectivo firmado entre el sindicato y los trabajadores de Volkswagen”, indicó la compañía.
VW adhirió al programa del Gobierno lanzado el mes pasado por el presidente Luiz Inácio Lula da SIlva y recibió 60 millones de reales, unos 11 millones de dólares, para reducir en hasta 2.000 dólares el precio de sus vehículos más populares.
Según el Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, ya se consumió el 84% de los fondos para financiar el programa gubernamental de abaratamiento de automóviles.
Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos (Anfavea), la producción de vehículos en Brasil aumentó 10,7% en mayo frente al mismo mes de 2022.
En mayo se produjeron en el país un total de 227.914 unidades, un avance del 29,7% con respecto a abril.
En los primeros cinco meses del año, Brasil fabricó 942.800 unidades, un 6,2% más que en el mismo periodo de 2022.
Las exportaciones cayeron en mayo 3,7%.
El oficialismo atribuye la falta de dinamismo en el consumo popular, entre otras cuestiones, a la tasa de interés de referencia del 13,75% que dicta el Banco Central, dirigido por un bolsonarista que tiene mandato parlamentario hasta 2024 y que fue citado por el Senado para dar explicaciones sobre la decisión de enfriar la economía, con la inflación dentro de las metas.
Fuente: Télam