La población paraguaya está harta. No hay una mejor expresión que resuma el estado de ánimo por la infinidad de promesas que se ha recibido del Gobierno durante los años más duros.
El Estado paraguayo pagó US$ 25 millones por dosis de vacunas que nunca llegaron y además ahora se han convocado a personas de más de 65 años a los vacunatorios, y no se tienen vacunas para responder a la demanda, existen 6 regiones sanitarias paradas actualmente.
Mientras tanto, nuestros vecinos avanzan a pasos agigantados con su proceso de inmunización, e incluso, existe un país en el continente latinoamericano que desarrolló su propia vacuna y ya comenzó a aplicar en su población, se trata de Cuba.
Paraguay debería mirar el caso de esa pequeña isla caribeña empobrecida y con un mismo Partido al frente durante más de 60 años, pero que apostó por la educación y la salud pública como pilares fundamentales, preparó a sus futuros profesionales, invirtió en su formación y hoy ellos pueden encarar una lucha contra el Covid-19 con las mejores armas.
¿Qué está haciendo el embajador paraguayo en Cuba? ¿Pueden ser las vacunas cubanas una alternativa para el país guaraní? Mientras que estas preguntas siguen sin ser contestadas, es importante conocer más acerca del proceso de vacunación del país caribeño.
Cuba ya está cerca de conseguir uno de los mayores logros en la lucha mundial contra el coronavirus. Desarrolló cinco vacunas a la vez y espera inmunizar a sus once millones de habitantes para finales de año.
El Instituto Finlay de Vacunas (IFV) desarrolló la Soberana 01, Soberana 02 y Soberana Plus. Mientras, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnológica (CIGB) se encargó de las otras dos: Abdala, nombrada así por un poema patriótico cubano, y Mambisa, por las guerrilleras independentistas.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, dijo a través de su cuenta de twitter que va bien la intervención sanitaria con Abdala en grupos y territorios de riesgo. Los voluntarios con primera dosis superan los 445.000.
LA INMUNIZACIÓN ACELERADA
El representante de la Organización Panamericana de la Salud, José Moya, señaló que el descubrimiento de las vacunas por parte de Cuba “no se trata de ningún milagro: existe un notable desarrollo científico en Cuba y una experiencia de 30 años en fabricar vacunas”, y recordó que la Isla fue el primer país en desarrollar una vacuna antimeningocócica, además de fabricar, a comienzos de los noventa, una contra la hepatitis B.
Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma (Industrias Biotecnológica y Farmacéutica cubana), íntegramente propiedad del Estado cubano, comentó a la revista Sputnik, que tienen seis líneas de producción en función de la fabricación de cinco candidatos vacunales. En unas se producen los antígenos y en otras se realizan las operaciones de formulación, llenado y envase final.
“Ya hemos completado el escalado de la producción de Abdala y Soberana 02. Si fuera necesario, teniendo en cuenta la demanda creciente que estamos recibiendo de nuestras vacunas, podemos poner otras plantas a producirlas”.
Agregó que no se trata de duplicar esfuerzo o gastar más recursos, que no hay en abundancia. Las vacunas cubanas en desarrollo utilizan de base el mismo antígeno del virus SARS-CoV-2, el dominio de unión al receptor de la proteína S (RBD, por sus siglas en inglés), producido en dos sistemas diferentes, uno en células de mamíferos y otro en células de levaduras.
La combinación Soberana 02-Soberana Plus y el candidato vacunal Abdala se priorizaron para avanzar a las fases II y III, y son las que probablemente usen en la vacunación masiva en Cuba. Mientras que la combinación de Soberana 02 con Soberana Plus aporta resultados muy buenos en cuanto a los niveles de respuesta inmune y la calidad de esa respuesta.
En el caso de Abdala, utiliza el antígeno obtenido en levadura llamada Pichia pastoris. “Hemos visto que este tiene características inmunogénicas muy particulares debido al tipo de glicosilación que ocurre en este microorganismo”, dijo el directivo.
Por otra parte, tanto Soberana plus como Mambisa, decidieron evaluarlas en convalecientes para incrementar la inmunidad y evitar la reinfección, sobre todo con las nuevas variantes del virus.
“Nosotros tenemos una experiencia de más de 30 años en el desarrollo y producción de vacunas. Desde el inicio sabíamos que podríamos desarrollar nuestras propias vacunas. También era fácil imaginarse lo que está sucediendo ahora, de que no habría suficientes suministros y los precios serían muy altos”, aseguró.
Contó que tienen solicitudes de más de 40 países y están colaborando con países amigos, incluido la venta directa, pero también las producciones cooperadas.
LA LLEGADA A PARAGUAY
Según informaciones de Radio La Unión, el embajador paraguayo en Cuba, Bernardino Cano Radil, confirmó la recepción de la carta de intención de compra de vacunas remitida por el Gobierno Nacional al país caribeño y dependerá de las conversaciones para determinar cantidad de dosis a ser adquiridas, cuándo llegarían y el monto a pagar.
Continuó diciendo que la información emitida desde el Gobierno, el pedido rondaría en torno a la vacuna anti covid Soberana II, no sobre la Abdala (las dos dosis desarrolladas por Cuba), aunque de todos modos dijo que no habría mucha diferencia entre ambas.